viernes, 29 de abril de 2011

TRIBUNA ABIERTA

La continuidad de la reforma de la educación
Por Hans Rothgiesser
Publicado en El Peruano

La edición de febrero de Perú Económico incluyó un análisis a profundidad de los planes de gobierno de los cinco candidatos que lideraban las intenciones de voto para la primera vuelta. Como es natural, también tocamos los planes de gobierno de los dos candidatos que ahora corren en la segunda, el de Ollanta Humala y el de Keiko Fujimori. Uno de los temas abordados fue el de la educación. Para esta parte del análisis se buscó el apoyo de Janice Seinfeld, del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, y de León Trahtemberg, conocido experto en educación.

La atención brindada al tema de la educación no es gratuita. Después de todo, tal como lo tratáramos en la edición de marzo de Perú Económico, educación es una de las papas calientes que el actual gobierno le está echando a quien sea que gane las elecciones. León Trahtemberg comentó que hay ocho puntos que están quedando pendientes: sustentar el incremento del presupuesto de sector, ordenar los detalles discordantes de la aplicación de la Carrera Pública Magisterial, evaluar críticamente el proceso de capacitación docente, decidir qué se hará con el aparentemente fracasado proceso de municipalización de la educación, implementar un plan de promoción de la educación técnica a nivel nacional, reconocer que el colegio mayor era un capricho presidencial, reconocer que la creación de nuevas universidades públicas no tiene financiamiento ni cuerpo docente correctamente calificado y cumplir con redactar y aprobar la Ley Orgánica de Funciones del Ministerio de Educación.

Si bien la situación del sector educación es bastante preocupante, siempre se supo que la reforma que se estaba iniciando con el actual gobierno y que tiene como piedra angular las evaluaciones de los docentes se iba a demorar un tiempo bastante largo en dar resultados. Pero no sólo eso, sino que además requeriría ajustes en el camino para que sea efectiva. El actual gobierno tiene el mérito de haber podido lidiar con el Sutep para arrancar este proceso. Lamentablemente ha dejado mucho que desear en esto último: Ir evaluando cómo va para hacer las correcciones necesarias, las cuales incluyen los ocho puntos que menciona Trahtemberg, pero que seguramente muchos otros más.

El plan de gobierno de Humala le asigna una prioridad bastante alta a la educación, no solamente en el sentido de los recursos que se le aplicarían, sino al aporte que brindaría a la solución de otros problemas (la informalidad, la corrupción, etc.). No obstante, adelanta que se aplicaría una “revolución educativa” que debe partir de un acuerdo social que incluya a todos. Presumiblemente se refieren a iniciar un nuevo proceso de reforma, pues a estas alturas nadie debe de haber olvidado los fuertes enfrentamientos que hubo entre el Ministerio de Educación y el Sutep para iniciar el actual. Un “acuerdo social que incluya a todos” solamente llevaría a un proyecto de muy largo plazo y asintóticamente inefectivo como el de consensuar una ley general de trabajo, iniciativa que sigue acumulando años y páginas y frustraciones.

No sólo eso, sino que además el plan de gobierno nacionalista patea el tablero en lo que a la meritocracia se refiere, la piedra angular de la reforma educativa que inició el actual gobierno. Por el contrario, sugiere subirle el sueldo a todos los docentes sin diferenciar resultados en evaluaciones o por rendimiento. Al gobierno actual le costó mucho que el público en general apoyara esta reforma y que entendiera la necesidad de hacer esa distinción. Echar todo por la borda para iniciar algo que no se concretará en nada firme parece bastante ineficiente.

El plan de gobierno de Keiko, por su lado, tenía una propuesta que estaba mucho más alineada con el proceso actual de reforma, independientemente de si eso es algo bueno o malo. No obstante, en el proceso de “izquierdización” al que ha entrado en el intento por ganar votos del centro para la segunda vuelta, no hay forma de saber qué terminará ofreciendo que atente contra un proceso que ya sabíamos que iba a ser de muy largo plazo y que requiere afinamientos constantes. Por ejemplo, ¿quién habría podido predecir que terminaría ofreciendo impuestos a las sobreganancias mineras? Difícilmente se puede prever lo que prometerá a continuación.

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