TRIBUNA ABIERTA
Alan vs. Toledo: La educación
Por Aurelio Pastor
Publicado en Correo
Para contribuir al debate de esta nueva campaña electoral, propongo revisar los logros sectoriales de los dos últimos gobiernos democráticos que sobrevinieron a la crisis del 2000. Empecemos por la educación.
No es posible soslayar el enorme e integral impulso que el gobierno de Alan García le ha dado al sector en todos sus niveles. Más de un millón 600 mil peruanos han sido alfabetizados con una inversión cercana a los 300 millones de soles. De ellos, un millón alcanzó determinadas competencias de lectura, escritura y cálculo matemático, y casi 250 mil continúan sus estudios de educación básica. Para lograr el objetivo se contó con el apoyo de programas de otros sectores, como la campaña “Ver para leer”, que atendió de la vista a casi 150 mil personas y entregó anteojos a 80 mil de ellas.
Los niños de las zonas rurales y urbano-marginales no se quedaron atrás. Recibieron más de 283 mil laptops, que llegaron a casi 10 mil colegios para atender a más de 800 mil alumnos. Importante inversión, pero no la única. Sólo en Lima Metropolitana se invirtieron 532 millones para dotar de nueva infraestructura a 12 colegios públicos emblemáticos. En provincias este rubro superó los 565 millones.
Mientras esto ocurría, los más de 42 mil colegios de todo el país recibían más de 850 millones a través del innovador “programa de mantenimiento”, que ha permitido mejorar las condiciones de educación de todos nuestros niños, cambiando techos, reparando puertas y ventanas, pintándolos y dotándolos de baños que muchas veces no existían. Asimismo, más de 134 millones fueron utilizados para mejorar los equipamientos.
Faltará espacio para enumerar los programas de becas nacionales e internacionales, la capacitación de casi 186 mil profesores con una inversión superior a los 200 millones, los textos escolares entregados y la televisión educativa digital, amén de otros programas compartidos con otros sectores.
Los resultados saltan a la vista: en todos los niveles, y comparado al gobierno de Toledo, son hoy más los alumnos que concluyen sus estudios, más los que se matriculan, menos los que desertan o repiten de año y muchos menos los que presentan atraso escolar. Asimismo, son más los profesores titulados y muchos más los locales que tienen los servicios básicos de agua, desagüe y luz.
Como vemos, la solución educativa en el Perú no se reduce a mejorar salarios de maestros. Ésta es solamente una parte, importante, pero no la única.
Por Aurelio Pastor
Publicado en Correo
Para contribuir al debate de esta nueva campaña electoral, propongo revisar los logros sectoriales de los dos últimos gobiernos democráticos que sobrevinieron a la crisis del 2000. Empecemos por la educación.
No es posible soslayar el enorme e integral impulso que el gobierno de Alan García le ha dado al sector en todos sus niveles. Más de un millón 600 mil peruanos han sido alfabetizados con una inversión cercana a los 300 millones de soles. De ellos, un millón alcanzó determinadas competencias de lectura, escritura y cálculo matemático, y casi 250 mil continúan sus estudios de educación básica. Para lograr el objetivo se contó con el apoyo de programas de otros sectores, como la campaña “Ver para leer”, que atendió de la vista a casi 150 mil personas y entregó anteojos a 80 mil de ellas.
Los niños de las zonas rurales y urbano-marginales no se quedaron atrás. Recibieron más de 283 mil laptops, que llegaron a casi 10 mil colegios para atender a más de 800 mil alumnos. Importante inversión, pero no la única. Sólo en Lima Metropolitana se invirtieron 532 millones para dotar de nueva infraestructura a 12 colegios públicos emblemáticos. En provincias este rubro superó los 565 millones.
Mientras esto ocurría, los más de 42 mil colegios de todo el país recibían más de 850 millones a través del innovador “programa de mantenimiento”, que ha permitido mejorar las condiciones de educación de todos nuestros niños, cambiando techos, reparando puertas y ventanas, pintándolos y dotándolos de baños que muchas veces no existían. Asimismo, más de 134 millones fueron utilizados para mejorar los equipamientos.
Faltará espacio para enumerar los programas de becas nacionales e internacionales, la capacitación de casi 186 mil profesores con una inversión superior a los 200 millones, los textos escolares entregados y la televisión educativa digital, amén de otros programas compartidos con otros sectores.
Los resultados saltan a la vista: en todos los niveles, y comparado al gobierno de Toledo, son hoy más los alumnos que concluyen sus estudios, más los que se matriculan, menos los que desertan o repiten de año y muchos menos los que presentan atraso escolar. Asimismo, son más los profesores titulados y muchos más los locales que tienen los servicios básicos de agua, desagüe y luz.
Como vemos, la solución educativa en el Perú no se reduce a mejorar salarios de maestros. Ésta es solamente una parte, importante, pero no la única.
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