viernes, 5 de noviembre de 2010

TRIBUNA ABIERTA

A mejor educación, menos pobreza
Editorial El Peruano

La revolución educativa es la mayor de las reformas que impulsa el Gobierno con el objetivo supremo de capacitar a las nuevas generaciones para los retos que tendrá que afrontar nuestro país en las próximas décadas en su marcha irreversible hacia una etapa superior de desarrollo.

En estos tiempos de alta competitividad y globalización tecnológica y económica, no se concibe un Estado moderno con grandes deficiencias educativas y profundas brechas de desigualdad y falta de oportunidades.

La excelencia académica es, por cierto, la palanca y el soporte principal de todo proceso de desarrollo donde la generación de riqueza tiene que orientarse prioritariamente a políticas de inclusión social, con activa y creciente participación de grandes sectores sociales que aún viven envueltos en la pobreza y excluidos del aparato productivo y creativo de una nación.
El derecho a la educación pública gratuita, por otra parte, está consagrado y protegido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en nuestra Carta Magna; sin embargo, para que la formación escolar básica y secundaria sea de primer nivel, obviamente demanda de maestros altamente capacitados y que los estudiantes y padres de familia estén involucrados en un sistema basado en el esfuerzo, el mérito y el constante entrenamiento.
Esta visión de una educación para el desarrollo y la creatividad ha sido puesta nuevamente en alto relieve ayer por el presidente de la República, Alan García Pérez, mientras recorría las ciudades del sur afectadas por el terremoto de 2007.
En la inauguración del moderno local del colegio José de San Martín en Pisco, el Jefe del Estado ha recordado a todos los peruanos que la educación es la mejor manera de distribuir la justicia social en el país.

“El objetivo del Gobierno ha sido reivindicar que la educación es la mejor forma de distribuir justicia social a través de la capacitación de los maestros, la exigencia de sus exámenes, y el compromiso social de los padres de familia con la educación de sus hijos.”
Al inaugurar las obras de remodelación del coliseo cerrado Mauro Mina de Chincha, el Dignatario elogió la laboriosidad y el espíritu deportivo de la población de esa provincia y dijo que con esa misma competitividad nuestro país ya está en condiciones de derrotar a la ignorancia y la pobreza.

En un emotivo mensaje a las nuevas generaciones de peruanos, el presidente Alan García manifestó: “Esta juventud deportiva y estudiosa puede darle un nocaut a la ignorancia y a la mala educación, y hacer avanzar en las aulas al nuevo Perú”.
El mérito, la disciplina y la capacitación deben ser normas permanentes de la nueva educación peruana.

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