ARTÍCULOS DE ASOCIADOS
Elecciones y educación
Por Idel Vexler
Publicado en La República
Por Idel Vexler
Publicado en La República
Está por concluir el proceso de elección de los presidentes y miembros de los consejos de las regiones, así como de los alcaldes y regidores de los concejos municipales provinciales y distritales. Al mismo tiempo, es inminente el inicio del proceso para elegir el próximo año al presidente y los vicepresidentes, así como a los congresistas de la República.
Los procesos electorales son, sin duda, valiosas situaciones de aprendizaje que se deben producir en las comunidades, más allá de las instituciones de enseñanza. Precisamente, el Proyecto Educativo Nacional al 2021 plantea, como uno de sus objetivos estratégicos, lograr una sociedad que educa a sus ciudadanos y los compromete para generar oportunidades permanentes de movilización e integración social y cultural.
Por eso, en estos eventos cívicos se deben presentar y debatir programas y estrategias viables contrastando argumentos y puntos de vista, mediante la escucha y el diálogo alturado. Igualmente, se debe promover la participación individual y colectiva, en un marco de respeto mutuo, valoración de la diversidad y, sobre todo, de tolerancia.
Indudablemente, durante las elecciones los candidatos y demás actores electorales deben poner de manifiesto valores y actitudes positivas tales como: la honestidad, la veracidad, la responsabilidad, la libertad, la equidad, la puntualidad y, por supuesto, la transparencia. Naturalmente, dejando de lado conductas descalificadoras, agresivas, discriminadoras, destructivas y, desde luego, aquellas que afectan los derechos inalienables de las personas.
Los comicios tienen sentido si son una expresión genuina de una sociedad plural, inclusiva y democrática. Democracia que no solo se debe declarar y repetir, sino que se debe practicar y enseñar con el ejemplo –permanente y cotidianamente– en los diferentes ámbitos de la vida.
Por ello, los líderes y agentes sociales y políticos en los espacios local, regional y nacional, deben tener clara conciencia de que sus acciones, gestos, modos de ser y de actuar –previstos e imprevistos– deben contribuir, durante los procesos y campañas electorales, a fortalecer una consistente y sólida educación ciudadana, cívica y democrática de nuestros alumnos y alumnas, así como de la población en general.
Los procesos electorales son, sin duda, valiosas situaciones de aprendizaje que se deben producir en las comunidades, más allá de las instituciones de enseñanza. Precisamente, el Proyecto Educativo Nacional al 2021 plantea, como uno de sus objetivos estratégicos, lograr una sociedad que educa a sus ciudadanos y los compromete para generar oportunidades permanentes de movilización e integración social y cultural.
Por eso, en estos eventos cívicos se deben presentar y debatir programas y estrategias viables contrastando argumentos y puntos de vista, mediante la escucha y el diálogo alturado. Igualmente, se debe promover la participación individual y colectiva, en un marco de respeto mutuo, valoración de la diversidad y, sobre todo, de tolerancia.
Indudablemente, durante las elecciones los candidatos y demás actores electorales deben poner de manifiesto valores y actitudes positivas tales como: la honestidad, la veracidad, la responsabilidad, la libertad, la equidad, la puntualidad y, por supuesto, la transparencia. Naturalmente, dejando de lado conductas descalificadoras, agresivas, discriminadoras, destructivas y, desde luego, aquellas que afectan los derechos inalienables de las personas.
Los comicios tienen sentido si son una expresión genuina de una sociedad plural, inclusiva y democrática. Democracia que no solo se debe declarar y repetir, sino que se debe practicar y enseñar con el ejemplo –permanente y cotidianamente– en los diferentes ámbitos de la vida.
Por ello, los líderes y agentes sociales y políticos en los espacios local, regional y nacional, deben tener clara conciencia de que sus acciones, gestos, modos de ser y de actuar –previstos e imprevistos– deben contribuir, durante los procesos y campañas electorales, a fortalecer una consistente y sólida educación ciudadana, cívica y democrática de nuestros alumnos y alumnas, así como de la población en general.
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