TRIBUNA ABIERTA
Un pacto por la educación
Por María Pilar Tello
Publicado en el Suplemento Variedades –
Estuvimos en la conferencia sobre economía peruana organizada por el Instituto del Perú de la Universidad de San Martín de Porres en homenaje al notable economista peruano, recientemente fallecido, Esteban Hnyilicza.
Ricardo Lago tuvo una exposición central plena de calidad y buen humor, y en ella destacó su afirmación de que una de las cinco economías, entre las 180 existentes en el mundo, que han podido resistir la crisis es la peruana.
Ejecutoria notable que se debe, entre otros factores, a la impresionante cantidad de reservas internacionales con que contamos.
La intervención de Lago fue excelentemente comentada por PPK y Richard Webb, quienes coincidieron en la necesidad de mantener el modelo económico que ha permitido importantes avances en crecimiento y en lucha contra la pobreza y, sobre todo, que el Perú figure en el ranking de desarrollo humano en la región en el segundo lugar después de Brasil.
Una coincidencia estuvo en la necesidad de invertir en el recurso humano, dado que el desarrollo nacional tiene siempre como base la calidad de la gestión pública. Ejemplos de preparación de una élite tecnocrática eficaz y eficiente son en nuestro país el Banco Central de Reserva y la Superintendencia de Banca. En Francia, la famosa ENA, Escuela Nacional de Administración, de la cual han salido los más importantes líderes galos. Webb y PPK coincidieron en la urgencia de contar con una mejor máquina social que sea el verdadero motor del crecimiento del país.
Y ese motor es la educación. La clave es un sistema educativo eficaz, de acuerdo con las exigencias del desarrollo nacional con instituciones y agentes educativos, económicos y sociales que coordinen y sumen esfuerzos para desarrollar la responsabilidad de la sociedad en un marco estable para los próximos quince años.
Cómo no hacernos eco desde la docencia universitaria y desde una columna de opinión como ésta. Estamos urgidos de criterios compartidos y de acciones coordinadas para la excelencia en la escuela y en la universidad, de acciones que permitan potenciar la investigación científica y la innovación tecnológica. De extender una cultura de evaluación y mejora de la eficiencia, de impulsar, como ya lo están haciendo Chile y China, que todos los alumnos y alumnas al terminar su educación ostenten dominio del inglés.
Corresponde, además, a todas las instituciones la oferta de actividades culturales, musicales, deportivas y/o de ocio, así como el impulso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Enseñar a pensar, como predica el presidente uruguayo, José Mujica, en tiempos en que las TIC son un recurso didáctico, curricular, de comunicación y un instrumento de gestión académica y administrativa en la cada vez más sorprendente Sociedad de la Información.
Corresponde al Estado velar por que el profesor sea capaz de insertarse en la alucinante revolución tecnológica que vivimos y utilizar a cabalidad las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación en los diferentes niveles de enseñanza, y elaborar y adaptar aplicaciones educativas.
Nadie duda de que la formación profesional para el siglo XXI debe permitir que todo joven pueda insertarse en el mundo laboral con éxito. Que un trabajo bien remunerado da independencia, autoestima y bienestar, claves de la calidad de vida. Que el concepto de empleabilidad –entendido como capacidad para lograr y mantener un empleo– debe ser una dimensión central de la ciudadanía activa. Así debemos entenderlo y en ello deben actuar los sectores público y privado en consenso, buscando la adecuación de la oferta a la demanda, previendo las necesidades y el número de especialistas bien educados para que esa máquina social sea el eje real y concreto de nuestro crecimiento presente y futuro.
Por María Pilar Tello
Publicado en el Suplemento Variedades –
Estuvimos en la conferencia sobre economía peruana organizada por el Instituto del Perú de la Universidad de San Martín de Porres en homenaje al notable economista peruano, recientemente fallecido, Esteban Hnyilicza.
Ricardo Lago tuvo una exposición central plena de calidad y buen humor, y en ella destacó su afirmación de que una de las cinco economías, entre las 180 existentes en el mundo, que han podido resistir la crisis es la peruana.
Ejecutoria notable que se debe, entre otros factores, a la impresionante cantidad de reservas internacionales con que contamos.
La intervención de Lago fue excelentemente comentada por PPK y Richard Webb, quienes coincidieron en la necesidad de mantener el modelo económico que ha permitido importantes avances en crecimiento y en lucha contra la pobreza y, sobre todo, que el Perú figure en el ranking de desarrollo humano en la región en el segundo lugar después de Brasil.
Una coincidencia estuvo en la necesidad de invertir en el recurso humano, dado que el desarrollo nacional tiene siempre como base la calidad de la gestión pública. Ejemplos de preparación de una élite tecnocrática eficaz y eficiente son en nuestro país el Banco Central de Reserva y la Superintendencia de Banca. En Francia, la famosa ENA, Escuela Nacional de Administración, de la cual han salido los más importantes líderes galos. Webb y PPK coincidieron en la urgencia de contar con una mejor máquina social que sea el verdadero motor del crecimiento del país.
Y ese motor es la educación. La clave es un sistema educativo eficaz, de acuerdo con las exigencias del desarrollo nacional con instituciones y agentes educativos, económicos y sociales que coordinen y sumen esfuerzos para desarrollar la responsabilidad de la sociedad en un marco estable para los próximos quince años.
Cómo no hacernos eco desde la docencia universitaria y desde una columna de opinión como ésta. Estamos urgidos de criterios compartidos y de acciones coordinadas para la excelencia en la escuela y en la universidad, de acciones que permitan potenciar la investigación científica y la innovación tecnológica. De extender una cultura de evaluación y mejora de la eficiencia, de impulsar, como ya lo están haciendo Chile y China, que todos los alumnos y alumnas al terminar su educación ostenten dominio del inglés.
Corresponde, además, a todas las instituciones la oferta de actividades culturales, musicales, deportivas y/o de ocio, así como el impulso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Enseñar a pensar, como predica el presidente uruguayo, José Mujica, en tiempos en que las TIC son un recurso didáctico, curricular, de comunicación y un instrumento de gestión académica y administrativa en la cada vez más sorprendente Sociedad de la Información.
Corresponde al Estado velar por que el profesor sea capaz de insertarse en la alucinante revolución tecnológica que vivimos y utilizar a cabalidad las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación en los diferentes niveles de enseñanza, y elaborar y adaptar aplicaciones educativas.
Nadie duda de que la formación profesional para el siglo XXI debe permitir que todo joven pueda insertarse en el mundo laboral con éxito. Que un trabajo bien remunerado da independencia, autoestima y bienestar, claves de la calidad de vida. Que el concepto de empleabilidad –entendido como capacidad para lograr y mantener un empleo– debe ser una dimensión central de la ciudadanía activa. Así debemos entenderlo y en ello deben actuar los sectores público y privado en consenso, buscando la adecuación de la oferta a la demanda, previendo las necesidades y el número de especialistas bien educados para que esa máquina social sea el eje real y concreto de nuestro crecimiento presente y futuro.
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