viernes, 9 de abril de 2010

ARTICULOS DE ASOCIADOS

EDUCACIÓN PERUANA. ¿Qué hemos hecho como profesionales y como sociedad civil?
Por Luis Miguel Saravia C.
Publicado Blog

Para complementar el análisis del documento de la semana anterior considero conveniente que nos preguntemos ¿qué hemos hecho como profesionales de la educación y desde la sociedad civil?

Sin duda no ha sido un camino de rosas el decidirse por la carrera docente. Desde la familia que veía sólo la rentabilidad y futuro del hijo, inducidos por el sistema económico y la ideología que aún sigue imperando; y luego por lo que era la institución formadora de docentes que habían perdido toda prestancia que tuvieron en los años 40 y 50 del siglo pasado y que forjaron los llamados normalistas urbanos y rurales. Sin duda esa generación de docentes que fueron los primeros que representaron a la profesión docente renovada y en donde el Estado y congregaciones religiosas pusieron su afán para brindar una educación buena, integral.

Somos producto de un sistema educativo manipulado por quienes siempre se sirvieron de la educación como discurso que se cumplía con una dádiva, con un favor, sin pensar en la trascendencia de lo que significa la educación como derecho humano

Posiblemente hemos visto el cortejo pasar. Posible que nos hayamos entusiasmado por algunas iniciativas, por determinadas propuestas. Posible que hayamos militado en algún partido político. Posible que no supimos distinguir entre la militancia política y nuestra identidad profesional. Posible que somos fruto de una educación bancaria, desideologizada, o ideologizada de manera perniciosa que no supo distinguir el significado de democracia, de equidad, de eficiencia, eficacia, diversidad, respeto al otro. Sin duda lo asumimos como consigna pero no como concepto y menos lo asumimos como convicción ciudadana.

Existe un discurso en la historia de la profesión docente del país fiel a un modelo de maestro apóstol, como lo sugiere quien actualmente dirige la Nación y quien funge de ministro de educación que ha proclamado en la inauguración de un nuevo Colegio emblemático “Creo que un nuevo espíritu, una nueva conciencia nacional vienen abriéndose paso en nuestra Patria, cuando observo que directores, docentes, alumnos, autoridades locales tienen claro lo que se debe hacer para mejorar la educación” (Andina. 31.03.10). ¿Qué es lo que tienen claro?

Sin embargo el Presidente no está sólo, veamos esta otra frase “Navegamos en un efervescente cambio de época, la humanidad avanza, se tropieza con nuevos desafíos y necesita de nuevos expertos para solucionarlos. Sin duda, la ciencia y la tecnología jugarán un papel muy importante en todos los avances que patente el hombre; empero, las oportunidades que de ellos se deriven solicitarán nuevos profesionales y técnicos para afrontar los retos del futuro.” (Raúl Diez Canseco El Comercio 31.03.10). Artículo de un ex vicepresidente de un gobierno que posee desde colegios para educación básica regular hasta una Universidad y en donde aparentemente se educa la elite dirigente del país. Y no es el Colegio Mayor.
Desde la educación pública y desde la educación particular la misma letra, la misma música, las mismas convicciones, el mismo mundo. No importan las desigualdades, las inequidades. ¿No les dice nada que el Director de Fe y Alegría diga que aún quedan 75 plazas docentes que cubrir? (Canal N Entrevista con J. Altahus 30.03.10) ¿Qué en Cachicoto, en el valle del Monzón la situación de abandono en que se encuentran cerca de mil escolares del colegio principal de esa zona, debido a que cinco profesores nombrados no asisten a dictar clases desde que se inició el año escolar? ¿Qué cerca de Lima existan escuelas en situaciones extremas de pobreza?

Los docentes estamos cautivos y nos refugiamos en el discurso de la pobreza para invalidar un derecho que nos asiste como funcionarios del Estado y que por ello se obvie la responsabilidad de la educación de niños y adolescentes del país. ¿Y qué se nos ha dado? Falta de reconocimiento, negación de los derechos, maltrato, bajos sueldos, pobre formación... ¿Quién tiene la responsabilidad de estas carencias y vacíos de propuestas? ¿Quiénes son los políticos responsables que dictasen lo que se debería hacer con la educación nacional? Y así nuestro sistema educativo ha ido respondiendo a intereses particulares antes que a intereses nacionales. En todo nivel. Nos escandalizamos por la proliferación de universidades con poco nivel académico, pero se trata de “invertir en educación”, no importa en qué, ni como, ni cuánto. El modelo mercantilista entró a la educación y hoy se tienen firmas de colegios que venden la franquicia para fundar otras escuelas en los distritos, en el interior del país. ¿Qué hace el Estado?

El modelo educativo que hemos ido prohijando sin querer queriendo, sin reparar que en el campo ideológico hemos sido penetrados por opciones neoliberales disfrazadas de calidad y bondades que han convertido el sistema educativo en un mercado.
La arenga contra la privatización del sistema educativo nacional es insuficiente si se tiene en cuenta que forma parte de un marco más amplio que es la mercantilización del sistema educativo que va imponiendo un pensamiento único y nos propone sus proyectos como los únicos posibles y válidos que permitirán ¿la democracia?; ¿la ciudadanía? ¿la equidad? ¿la solidaridad?

¿Cuándo los docentes perdimos el análisis y la opción política atraídos por la llama de un desarrollo en donde la persona humana es considerada una mercancía?
Querámoslo o no seguimos la receta dócilmente sin replantearnos lo que sucede a nivel ideológico en esta época de cambios. Seguir con las denuncias tradicionales, con los discursos efusivos pero con poco contenido, sin diferenciar lo que es la lucha por reivindicaciones económicas de aquellos profesionales que tienen que ver con la formación docente, su actualización permanente, la mejora sustantiva de la escuela pública. ¿Se ha formado una masa crítica en lo educativo? ¿Por qué existen docentes que uniendo formación profesional y formación política no han tenido la preponderancia para liderar un gremio docente que no se enfangue de manera permanente en las redes que pone provocativamente quien tiene el poder? ¿No será que le hacemos el juego?

Federico Mayor Zaragoza dijo con motivo del día del docente en el 2009 “Para pasar de una época de cambios a un cambio de época es imprescindible que se produzca la reacción de la sociedad, que ya no puede permanecer impasible, espectadora, testigo de lo que sucede, sino que tiene que participar, activamente, para que los gobiernos sean auténticamente democráticos, es decir, actúen en virtud de la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y escuchen y respeten todas las opiniones.” (IE. MUNDOS de la Educación Nº 32/diciembre 209)

La lucha por los derechos sociales es permanente. Estos derechos fundamentales están dirigidos a proteger necesidades e intereses de las personas frente a los abusos y arbitrariedad del poder. Tanto del estado como del mercado. Sin embargo reclamar un derecho supone la reivindicación de un interés o una necesidad que no se convierta en una mercancía o un simple elemento de regateo entre unos y otros y como la historia política nacional nos recuerda entre partidos.
Todo ciudadano tiene derecho de tener una opción política y de trabajar en pos de lograr aglutinar seguidores. No obstante ser docente imprime un carácter que trasciende las tensiones, las estrategias y las tácticas que suelen usarse en toda lid política. Ser docente implica tener ciertas condiciones esenciales y permanentes como el ser formadores y no tanto expertos en enseñar unos conocimientos limitados sino ayudar a los estudiantes a "aprender a aprender" de manera autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas. permitir un procesamiento activo e interdisciplinario que faciliten la construcción de su propio conocimiento y no se limiten a realizar una simple recepción pasiva-memorización de contenidos e información procesada por terceras personas.
No es el caso de explayarse en este campo tan complejo, pero es necesario reconocer que existe y que refleja un derecho como trabajadores del campo educativo. Tenemos que aprender a aprender como docentes-ciudadanos lo que debe ser el centro de nuestra ciudadanía y beber releyendo lo que nuestros mayores y contemporáneos nos legaron. En esta circunstancia quiero recordar a un personaje como Alberto Flores Galindo que en su “Carta a los amigos” último documento que escribió con el título REENCONTREMOS LA DIMENSIÓN UTÓPICA (Lima, 14 de diciembre 1989), muerto hace 20 años un 26 de marzo. Sin duda un texto para quienes desde el quehacer docente seguimos bregando por hacer realidad la utopía.

“Aunque muchos de mis amigos ya no piensen como antes, yo por el contrario, pienso que todavía siguen vigentes los ideales que originaron al socialismo: la justicia, la libertad, los hombres. Sigue vigente la degradación y destrucción a que nos condena el capitalismo, pero también el rechazo a convertirnos en la réplica de un suburbio norteamericano. En otros países el socialismo ha sido debilitado; aquí, como proyecto y realización, podría seguir teniendo futuro, si somos capaces de volverlo a pensar, de imaginar otros contenidos. Esto no es la moda. Es ir contra la corriente. También debemos enfrentarnos a los cultores de la muerte o a aquellos que sólo piensan en repetir las recetas de otros países. El desafío creativo es enorme. ¿Podremos?

Es un desafío, además, donde están en juego nuestras vidas y la edificación del país. ¿Una sucursal norteamericana? ¿Un país andino? ¿Qué hacer con el Perú? ¿Será posible el socialismo? Hasta ahora, entre 1980 y agosto de 1989, se han producido 17,000 muertes. Asesinatos de propietarios, obreros, desempleados, campesinos. Todos tienen rostros y nombres aunque los ignoremos. Esto ha ocurrido en un país “democrático”, con el silencio de la derecha pero también la inacción de la izquierda. Muchos convertidos en espectadores. No sólo estamos frente a desafíos económicos, sino también frente a requerimientos éticos.

Ahora muchos han separado política de ética. La eficacia ha pasado al centro. La necesidad de críticas al socialismo, ha postergado el combate a la clase dominante. No sólo estamos ante un problema ideológico. Está de por medio también la incorporación de todos nosotros al orden establecido. Mientras el país se empobrecía de manera dramática, en la izquierda mejorábamos nuestras condiciones de vida. Durante los años de crisis, debo admitirlo, gracias a los centros y las fundaciones, nos fue muy bien y terminamos absorbidos por el más vulgar determinismo económico. Pero en el otro extremo quedaron los intelectuales empobrecidos, muchos de ellos provincianos, a veces cargados de resentimientos y odios.

Vigencia y sentido prospectivo de un discurso y convicción que fueron una vida dedicada a replantear viejos estudios y percepciones sobre el Perú. Sin duda los docentes no tuvimos todos la suerte de conocerlo o disfrutar de las conversaciones de Tito, como le llamaban los amigos. Las capillas ideológicas intelectuales no le han hecho mucha luz, ni quemado incienso, pues sus escritos “queman” a conciencias comprometidas. Pues a quienes hoy se arropan en el membrete de socialistas les dice “Pero el socialismo –insisto– exigirá para su futuro un cambio radical en el discurso. Revolución no es sinónimo sólo de violencia. Hace falta proponer una nueva sociedad alternativa.”

Estas palabras también nos deben exigir, demandar a mirar más allá de intereses individuales, de consigna, pues como docentes tenemos además una responsabilidad superior que no nos debe alejar de alcanzar una buena educación para todos, verdaderamente inclusiva, intercultural, equitativa, solidaria. “El futuro no está cerrado. Si doy esa impresión me corrijo. No hay una receta. Tampoco un camino trazado, ni una alternativa definida. Hay que construirlo, resultado de los múltiples factores: la experiencia de la izquierda, los discursos del pasado, los nuevos problemas. Ahora en el Perú hay demasiadas posibilidades contrapuestas...”
Los mensajeros del modelo mercantilista no se quedan tranquilos sino que aprovechan bien las horas y los días y día a día nos envían mensajes como: “En mi concepto, lo reitero, aquella es la que imparte y enseña valores empresariales, la que potencia el talento, la creatividad, el espíritu emprendedor y la actitud de hacer cosas con los recursos que tiene a la mano. Esta educación tiene una particularidad: potencia la formación del capital humano por cuanto en el mundo moderno constituye un valor sustancial para el desempeño y la alta competencia. Además, si se es educado de manera heterodoxa, uno sabe diferenciarse en la maraña del mercado laboral y lograr trabajo en cualquier momento de crisis será más fácil de lo habitual. (Raúl Diez Canseco El Comercio 31.03.10)..

Haremos algo como docentes por la educación peruana cuando realmente seamos capaces de remontar viejas prácticas de ciudadanía y ser democráticos, solidarios, profesionales con sólida formación académica permanente. Si eso ocurriese dejaremos que nos motejen como “buenos para nada”, pues para ello optamos por una profesión devaluada. Recordemos lo que Flores Galindo compartió en un análisis político y tratemos de ser consecuentes: “Se requiere de los intelectuales. Pero insisto, lo lamentable que es el desencuentro entre ellos y la militancia política. Aquí también hay una responsabilidad de quienes han estado demasiado preocupados por la lucha inmediata, la imposición de una secta, la disputa del poder minúsculo. Así se envejece. Será muy difícil que estemos a la altura de las circunstancias. Pero no todo está perdido. Pueden aparecer otros personajes. Aún hay tiempo para hacer algo desde nuestra profesión docente por la educación peruana. (03.04.10)

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