jueves, 17 de diciembre de 2009

TRIBUNA ABIERTA

Disculpe, maestro
Por Abelardo Sánchez León – El Comercio

En México se trata de una expresión bastante expandida: “es mejor pedir perdón que permiso”, dicho que en el Perú tiene bastantes adeptos porque primero hay que meter la ñata, después la carrocería y, al final, la maletera. “El que pega primero, pega dos veces”. Esta vez se trata de un dicho de origen turco. Y, por cierto, “un comercial y regreso” fue el grito de guerra que estampó, como un graffiti, Augusto Ferrando en el corazón de la idiosincrasia peruana.
Primero, antes que todo y antes que nada, creamos universidades y filiales a lo largo y ancho del Perú, en costa, sierra y montaña, con la finalidad de contribuir a la educación superior bajo el ángulo del lucro. Desde el régimen de Alberto Fujimori es permitido invertir en el negocio educativo y expandirse por la superficie con el conocimiento mínimo, paporretero y sumiso. Ya que la educación escolar es bastante deficiente y todos los trámites del bachillerato quedaron en el tintero, mero trámite burocrático, pues creemos universidades tipo casa deteriorada y pongamos su filial en las provincias donde los conocimientos se encuentran pegados con babas. Cartón más, cartón menos, todos seremos universitarios.
Cuando todo este bolondrón ha llegado a la cima del caos y la mediocridad se ha generalizado como feroz gangrena, cuando falta encontrar profesores de calidad para enseñar en tan abundante follaje de filiales desperdigadas, cuando los alumnos solamente entienden los estudios como un trámite inevitable y sus papás los obligan a estudiar menos y a trabajar ya, por fin se prohíbe la creación de nuevas universidades, se pone coto a las novedosas filiales y se recomienda acreditar a los centros de educación superior. ¡Orden en la casa!, esa es la orden que emana del Congreso. Pero ya es tarde, maestro, tarde como siempre, cuando el crimen ha sido consumado.
La idea es que primero embistes y después te disculpas. Cuando ya no hay nada que hacer, además de llorar sobre la leche derramada, los políticos descubren una nueva chamba: arreglar el entuerto, imponer todo el peso de la ley, poner orden en el chiquero. ¿Creen que lo lograrán? No: las alas hace rato que se han echado a volar porque desde hace más de una década que la educación superior es un negocio rentable. Y ahora se viene otro negocio: la acreditación estatal con su resabio tecnológico en aras de la imposible calidad.

0 comentarios:

  © Blogger templates The Professional Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP