TRIBUNA ABIERTA
Alfabetización y cosmovisión andina
Por Gustavo Córdova Valenzuela – El Peruano
Adentrarse en los Andes para cumplir la tarea de alfabetizar no solo requiere que el que lo haga tenga título pedagógico; tampoco basta conocer la metodología de la enseñanza.
Es necesario conocer el mundo del hombre andino. Respetarlo y comprenderlo como a un ser pegado a la tierra. Su pachamama es la que le da el sustento como recompensa a su esfuerzo de abrir surcos y echar la semilla, en el vientre mismo de esta deidad que es la Tierra. La cosmovisión del hombre andino lo convierte en un ser panteísta (Pan = todo, Theos = Dios). Todos los fenómenos de la naturaleza tienen espíritu, por ello son sagrados, los ríos, los cerros, el jaguar, el águila, el cóndor, el manantial.
De allí la costumbre del pagapu, o el pago a la naturaleza por los bienes recibidos.
El hombre andino tiene memoria de lo que hicieron los gentiles, sus antepasados. Practica el culto a los muertos, porque tiene un sentido ético de la vida en su ayllu, la comunidad que lo cobija durante su existencia terrenal. Eso explica el porqué el hombre andino vive toda su vida pensando en la Pichja o la ceremonia al quinto día de su muerte, en que toda la comunidad presenciará el lavado de lo que fueron sus pertenencias y uno a uno irá comentando los recuerdos que le traen las prendas.
Quiere que lo recuerden bien, como muchacho diligente, hombre trabajador y honrado, buen padre, buen comunero. La Pichja denota un sentido de trascendencia ética e histórica en el ámbito del Ayllu. El Programa Nacional de Movilización para la Alfabetización (Pronama) ha tenido la previsión de establecer que los alfabetizadores sean de los mismos distritos donde ha de realizarse la enseñanza. El idioma en que se comunican es alternativamente el quechua o runasimi y el castellano. Conocer el idioma nativo le abre al alfabetizador las puertas y la voluntad de las autoridades, pues lo reconocen como un llacctamasi o paisano.
El Pronama también introdujo la Continuidad Educativa en noviembre de 2008, para que el adulto que aprendió a leer y a escribir no se olvide de este logro. Ya en un artículo anterior, publicado en este diario el 11 de agosto de ese año, decíamos que el ministro de Educación, José Antonio Chang, ha previsto que si no hay una continuidad por parte de los egresados de la alfabetización, sería desperdiciar todo el esfuerzo económico y educativo realizado. Para ello ha propuesto que los alfabetizados continúen el primer grado de la educación básica alternativa, poniendo énfasis en la educación laboral orientada a la producción.
El nuevo eslogan del Pronama es "Aprender, crecer y producir".
Por Gustavo Córdova Valenzuela – El Peruano
Adentrarse en los Andes para cumplir la tarea de alfabetizar no solo requiere que el que lo haga tenga título pedagógico; tampoco basta conocer la metodología de la enseñanza.
Es necesario conocer el mundo del hombre andino. Respetarlo y comprenderlo como a un ser pegado a la tierra. Su pachamama es la que le da el sustento como recompensa a su esfuerzo de abrir surcos y echar la semilla, en el vientre mismo de esta deidad que es la Tierra. La cosmovisión del hombre andino lo convierte en un ser panteísta (Pan = todo, Theos = Dios). Todos los fenómenos de la naturaleza tienen espíritu, por ello son sagrados, los ríos, los cerros, el jaguar, el águila, el cóndor, el manantial.
De allí la costumbre del pagapu, o el pago a la naturaleza por los bienes recibidos.
El hombre andino tiene memoria de lo que hicieron los gentiles, sus antepasados. Practica el culto a los muertos, porque tiene un sentido ético de la vida en su ayllu, la comunidad que lo cobija durante su existencia terrenal. Eso explica el porqué el hombre andino vive toda su vida pensando en la Pichja o la ceremonia al quinto día de su muerte, en que toda la comunidad presenciará el lavado de lo que fueron sus pertenencias y uno a uno irá comentando los recuerdos que le traen las prendas.
Quiere que lo recuerden bien, como muchacho diligente, hombre trabajador y honrado, buen padre, buen comunero. La Pichja denota un sentido de trascendencia ética e histórica en el ámbito del Ayllu. El Programa Nacional de Movilización para la Alfabetización (Pronama) ha tenido la previsión de establecer que los alfabetizadores sean de los mismos distritos donde ha de realizarse la enseñanza. El idioma en que se comunican es alternativamente el quechua o runasimi y el castellano. Conocer el idioma nativo le abre al alfabetizador las puertas y la voluntad de las autoridades, pues lo reconocen como un llacctamasi o paisano.
El Pronama también introdujo la Continuidad Educativa en noviembre de 2008, para que el adulto que aprendió a leer y a escribir no se olvide de este logro. Ya en un artículo anterior, publicado en este diario el 11 de agosto de ese año, decíamos que el ministro de Educación, José Antonio Chang, ha previsto que si no hay una continuidad por parte de los egresados de la alfabetización, sería desperdiciar todo el esfuerzo económico y educativo realizado. Para ello ha propuesto que los alfabetizados continúen el primer grado de la educación básica alternativa, poniendo énfasis en la educación laboral orientada a la producción.
El nuevo eslogan del Pronama es "Aprender, crecer y producir".
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