TRIBUNA ABIERTA
Invirtiendo en la infancia.
Por Nidia Vílchez Yucra – El Peruano
Hace 20 años, precisamente un 20 de noviembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención de los Derechos del Niño, que ha sido el tratado de derechos más amplia y rápidamente ratificado de toda la historia de la humanidad, cuya visión sobre la infancia planteó reconocerla como sujeto de derechos y deberes.
El Perú suscribió este Convenio en 1990.
Para cristalizar sus diez capítulos y 252 artículos en la vida cotidiana de la infancia de nuestro país, ha venido formulando un conjunto de documentos rectores.
Tal es el caso del Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia (PNAIA) 2002-2010, bajo la conducción del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes), que compromete al Estado, y a la sociedad civil, a realizar sus mejores esfuerzos a favor de la niñez y la adolescencia. Para dar cuenta de lo avanzado por el PNAIA en los últimos años, podemos decir, por ejemplo, que del año 2006 al 2009 el presupuesto de la República destinado a la infancia se ha incrementado en 46.9%, principalmente en los sectores educación, salud, alimentación-nutrición y protección.
Específicamente, en el caso de la atención de la primera infancia, a través del Programa Nacional Wawa Wasi se atiende a 53 mil niñas y niños menores de 4 años, posibilitándoles no solo cuidado y estimulación temprana, sino también la oportunidad de evitar caer en desnutrición crónica o aguda.
En el campo de la salud, la puesta en marcha del Seguro Integral de Salud (SIS) beneficia directamente a la población más vulnerable. Este sistema ha facilitado, por ejemplo, la atención de madres gestantes de las zonas rurales del país en un 68.8%. Igualmente, para el caso de los adolescentes, incrementó su cobertura, sumando un 55% de afiliados en el 2008, duplicando el número de adolescentes que tienen acceso a este servicio respecto al 2007.
Avance importante también es la reducción de la mortalidad infantil, que se redujo de 22 por mil nacidos vivos en el 2006, a 20 por mil en el 2008. El estado nutricional es otro elemento clave en la formulación de las políticas públicas del Estado. En 2008 se incrementó la lactancia materna exclusiva en 66% de los infantes, así como la alimentación complementaria que benefició al 85% de niñas y niños entre los 6 y 9 meses. Con esfuerzos de este tipo, se contribuyó a reducir la desnutrición crónica de 28.5% en el 2007 a 27.5% en el 2008. En el campo de la educación, en los últimos años se ha logrado que en el nivel primario el 78% de niñas y niños de 6 a 11 años de edad, de zonas urbanas, se matriculara en el grado de estudios correspondiente a su edad, mientras que en el nivel rural lo hizo el 57%.
Vale la pena indicar que se han notado mejorías en el proceso de aprendizaje de los educandos. Ya para 2008, el 46.8% de las niñas y niños de 11 años alcanzaron logros básicos de aprendizaje, respecto al 2007 que fue de 45%.En el caso de los adolescentes, en 2008 se incrementó la población escolar de 16 y 17 años que concluyó el nivel de educación secundaria, pasando de 60.3% en el 2007 a 61.3% en el 2008. La problemática de explotación sexual de niños y niñas también ha merecido en nuestro país acciones específicas, como la creación de la División de Investigación de Delitos contra la Trata de Personas.
Asimismo, el proyecto "El Estado y la sociedad contra la violencia, abuso y explotación sexual infantil, que compromete a los ministerios de Salud, de la Mujer, Educación, Interior, Turismo y la Producción.
Más que un Plan, el PNAIA 2002-2010 es una ruta de objetivos a concretar en la vida cotidiana de las niñas, niños y adolescentes del Perú. Esas metas y acciones se han ido incorporando, incluso, en las políticas subnacionales a través de los 16 Planes Regionales y dos Planes Locales de Acción por la Infancia y la Adolescencia, que se vienen implementado, todo lo cual suma para celebrar –con resultados concretos– este veinte aniversario de la Convención.
Por Nidia Vílchez Yucra – El Peruano
Hace 20 años, precisamente un 20 de noviembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención de los Derechos del Niño, que ha sido el tratado de derechos más amplia y rápidamente ratificado de toda la historia de la humanidad, cuya visión sobre la infancia planteó reconocerla como sujeto de derechos y deberes.
El Perú suscribió este Convenio en 1990.
Para cristalizar sus diez capítulos y 252 artículos en la vida cotidiana de la infancia de nuestro país, ha venido formulando un conjunto de documentos rectores.
Tal es el caso del Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia (PNAIA) 2002-2010, bajo la conducción del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes), que compromete al Estado, y a la sociedad civil, a realizar sus mejores esfuerzos a favor de la niñez y la adolescencia. Para dar cuenta de lo avanzado por el PNAIA en los últimos años, podemos decir, por ejemplo, que del año 2006 al 2009 el presupuesto de la República destinado a la infancia se ha incrementado en 46.9%, principalmente en los sectores educación, salud, alimentación-nutrición y protección.
Específicamente, en el caso de la atención de la primera infancia, a través del Programa Nacional Wawa Wasi se atiende a 53 mil niñas y niños menores de 4 años, posibilitándoles no solo cuidado y estimulación temprana, sino también la oportunidad de evitar caer en desnutrición crónica o aguda.
En el campo de la salud, la puesta en marcha del Seguro Integral de Salud (SIS) beneficia directamente a la población más vulnerable. Este sistema ha facilitado, por ejemplo, la atención de madres gestantes de las zonas rurales del país en un 68.8%. Igualmente, para el caso de los adolescentes, incrementó su cobertura, sumando un 55% de afiliados en el 2008, duplicando el número de adolescentes que tienen acceso a este servicio respecto al 2007.
Avance importante también es la reducción de la mortalidad infantil, que se redujo de 22 por mil nacidos vivos en el 2006, a 20 por mil en el 2008. El estado nutricional es otro elemento clave en la formulación de las políticas públicas del Estado. En 2008 se incrementó la lactancia materna exclusiva en 66% de los infantes, así como la alimentación complementaria que benefició al 85% de niñas y niños entre los 6 y 9 meses. Con esfuerzos de este tipo, se contribuyó a reducir la desnutrición crónica de 28.5% en el 2007 a 27.5% en el 2008. En el campo de la educación, en los últimos años se ha logrado que en el nivel primario el 78% de niñas y niños de 6 a 11 años de edad, de zonas urbanas, se matriculara en el grado de estudios correspondiente a su edad, mientras que en el nivel rural lo hizo el 57%.
Vale la pena indicar que se han notado mejorías en el proceso de aprendizaje de los educandos. Ya para 2008, el 46.8% de las niñas y niños de 11 años alcanzaron logros básicos de aprendizaje, respecto al 2007 que fue de 45%.En el caso de los adolescentes, en 2008 se incrementó la población escolar de 16 y 17 años que concluyó el nivel de educación secundaria, pasando de 60.3% en el 2007 a 61.3% en el 2008. La problemática de explotación sexual de niños y niñas también ha merecido en nuestro país acciones específicas, como la creación de la División de Investigación de Delitos contra la Trata de Personas.
Asimismo, el proyecto "El Estado y la sociedad contra la violencia, abuso y explotación sexual infantil, que compromete a los ministerios de Salud, de la Mujer, Educación, Interior, Turismo y la Producción.
Más que un Plan, el PNAIA 2002-2010 es una ruta de objetivos a concretar en la vida cotidiana de las niñas, niños y adolescentes del Perú. Esas metas y acciones se han ido incorporando, incluso, en las políticas subnacionales a través de los 16 Planes Regionales y dos Planes Locales de Acción por la Infancia y la Adolescencia, que se vienen implementado, todo lo cual suma para celebrar –con resultados concretos– este veinte aniversario de la Convención.
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