TRIBUNA ABIERTA
Infraestructura para la educación
Por María Isabel León de Céspedes
El Peruano
En el Perú, instalar un centro educativo particular resulta un trámite original y difícil, pues los parámetros de infraestructura, que se requieren para ello, varían sustancialmente si se trata de locales para educación básica, técnico productiva o superior.
Así por ejemplo, el requerimiento fijado por el Ministerio de Educación por aula para la educación básica (primaria y secundaria) es de 1.30 metros por alumno, frente a 1.40 metros para la técnico-productiva y 1.20 metros para la superior no universitaria.
Mientras que la educación técnico-productiva precisa un espacio de 1.50 metros por alumno en talleres y laboratorios del sector comercio y servicios, la educación superior tecnológica requiere espacios que fluctúan entre 2.5 y 5 metros por alumno.
A pesar del avance tecnológico y la reducción drástica de dimensiones en los equipos de cómputo, se sigue requiriendo 2 metros cuadrados por alumno para laboratorios de cómputo, como si aún existieran esas grandes máquinas de la década de los 80, que ocupaban un espacio considerable. Nos preguntamos: ¿cuál es la lógica de estos requerimientos?
Además, para los casos de los institutos, la norma legal vigente requiere “reservar” el 30% del área total del terreno como “patio de recreación” –sin techo–, además de un 5% adicional de retiro municipal y la reserva de un estacionamiento por cada 5 metros cuadrados del área total del proyecto planteado (requerido por la mayoría de municipios distritales).
Todas estas exigencias hacen que la inversión en infraestructura educativa se vuelva cada vez más difícil de concretar.
Así, un instituto superior que aspire a construir un excelente local en un terreno de 1,000 metros cuadrados, deberá reservar de esta área: 300 metros cuadrados para el dichoso “patio de recreación”, además de los 50 para los retiros municipales y sin olvidar los 200 calculados y destinados en exclusividad a estacionamientos
A este efecto, no importa si los alumnos no tienen auto y usan en su mayoría el servicio público de transporte.
Resultado: de un terreno de 1,000 metros cuadrados, solo se puede utilizar operativamente 450 para construir la infraestructura educativa propiamente dicha: aulas, talleres, oficinas y servicios en general.
Es lamentable que muchas organizaciones educativas internacionales, ante tanta barrera, lo que hacen es desviar sus inversiones hacia países vecinos. Sería conveniente revisar toda esta normativa.
Por María Isabel León de Céspedes
El Peruano
En el Perú, instalar un centro educativo particular resulta un trámite original y difícil, pues los parámetros de infraestructura, que se requieren para ello, varían sustancialmente si se trata de locales para educación básica, técnico productiva o superior.
Así por ejemplo, el requerimiento fijado por el Ministerio de Educación por aula para la educación básica (primaria y secundaria) es de 1.30 metros por alumno, frente a 1.40 metros para la técnico-productiva y 1.20 metros para la superior no universitaria.
Mientras que la educación técnico-productiva precisa un espacio de 1.50 metros por alumno en talleres y laboratorios del sector comercio y servicios, la educación superior tecnológica requiere espacios que fluctúan entre 2.5 y 5 metros por alumno.
A pesar del avance tecnológico y la reducción drástica de dimensiones en los equipos de cómputo, se sigue requiriendo 2 metros cuadrados por alumno para laboratorios de cómputo, como si aún existieran esas grandes máquinas de la década de los 80, que ocupaban un espacio considerable. Nos preguntamos: ¿cuál es la lógica de estos requerimientos?
Además, para los casos de los institutos, la norma legal vigente requiere “reservar” el 30% del área total del terreno como “patio de recreación” –sin techo–, además de un 5% adicional de retiro municipal y la reserva de un estacionamiento por cada 5 metros cuadrados del área total del proyecto planteado (requerido por la mayoría de municipios distritales).
Todas estas exigencias hacen que la inversión en infraestructura educativa se vuelva cada vez más difícil de concretar.
Así, un instituto superior que aspire a construir un excelente local en un terreno de 1,000 metros cuadrados, deberá reservar de esta área: 300 metros cuadrados para el dichoso “patio de recreación”, además de los 50 para los retiros municipales y sin olvidar los 200 calculados y destinados en exclusividad a estacionamientos
A este efecto, no importa si los alumnos no tienen auto y usan en su mayoría el servicio público de transporte.
Resultado: de un terreno de 1,000 metros cuadrados, solo se puede utilizar operativamente 450 para construir la infraestructura educativa propiamente dicha: aulas, talleres, oficinas y servicios en general.
Es lamentable que muchas organizaciones educativas internacionales, ante tanta barrera, lo que hacen es desviar sus inversiones hacia países vecinos. Sería conveniente revisar toda esta normativa.
1 comentarios:
Excelente información , gracias por compartirlo .Saludos desde el Callao del docente Julio Atencio
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