TRIBUNA ABIERTA
Meollo universitario
Fuente: Otra Mirada
A partir del infodiario “Docentes universitarios en huelga” se ha iniciado un interesante debate en la sección de comentarios.
Por ello, creemos necesario hacer algunas precisiones respecto al tema de la huelga docente en las universidades públicas pues, lamentablemente, mientras menos se conozca el meollo real, poco se podrá hacer por mejorar la situación.
El gobierno de turno, al igual que varios anteriores, ha demostrado no otorgar al sector Educación la importancia que se merece. Sin embargo, este desinterés no es producto de ignorancia gubernamental, sino que se trata de una concepción particular por parte de las autoridades de nuestro país. En América Latina varios países, Brasil, Chile y Venezuela por ejemplo, le otorgan la prioridad debida al sector educativo, y sobre todo centran su atención en las universidades públicas. Estos países son conscientes de que mientras
mejor sea la educación universitaria habrá más posibilidades de desarrollar y exportar ciencia y tecnología. Como afirma Zenón de Paz, un país que no desarrolla ciencia ni tecnología está condenado a adecuarse a aquellos que sí lo hacen¹.
Es preciso enfatizar que la huelga de docentes universitarios no es un capricho. Se trata de un reclamo legítimo pues la homologación de sus sueldos con los del Poder Judicial es un acuerdo tomado durante el gobierno de Alejandro Toledo, en 2005, y cuyo cumplimiento es pasado por alto desde el 2007. Si lo acordado no se cumple, ¿no es lógico que se reclame? ¿Cómo pueden los docentes cumplir a cabalidad su labor si son maltratados constantemente por el gobierno?
Como bien mencionan los alumnos ellos también se ven afectados con esta evasión de la homologación porque pierden clases. El problema entonces no es solo de los maestros, sino de la colectividad universitaria. No olvidemos que hace algunas semanas los alumnos, docentes y administrativos protestaron exigiendo que se aumente el presupuesto para las universidades públicas. Este reclamo también es justo pues en el Acuerdo Nacional, en el año 2002, se decidió llegar gradualmente al 6% del PBI como presupuesto para el sector educativo; sin embargo, el presupuesto designado para el sector corresponde al 2,7% del PBI. En el siguiente cuadro comparativo entre países de América Latina podemos ver que el Perú es uno de los países que menos invierte en Educación. (Ver tabla)
Fuente: Otra Mirada
A partir del infodiario “Docentes universitarios en huelga” se ha iniciado un interesante debate en la sección de comentarios.
Por ello, creemos necesario hacer algunas precisiones respecto al tema de la huelga docente en las universidades públicas pues, lamentablemente, mientras menos se conozca el meollo real, poco se podrá hacer por mejorar la situación.
El gobierno de turno, al igual que varios anteriores, ha demostrado no otorgar al sector Educación la importancia que se merece. Sin embargo, este desinterés no es producto de ignorancia gubernamental, sino que se trata de una concepción particular por parte de las autoridades de nuestro país. En América Latina varios países, Brasil, Chile y Venezuela por ejemplo, le otorgan la prioridad debida al sector educativo, y sobre todo centran su atención en las universidades públicas. Estos países son conscientes de que mientras
mejor sea la educación universitaria habrá más posibilidades de desarrollar y exportar ciencia y tecnología. Como afirma Zenón de Paz, un país que no desarrolla ciencia ni tecnología está condenado a adecuarse a aquellos que sí lo hacen¹.
Es preciso enfatizar que la huelga de docentes universitarios no es un capricho. Se trata de un reclamo legítimo pues la homologación de sus sueldos con los del Poder Judicial es un acuerdo tomado durante el gobierno de Alejandro Toledo, en 2005, y cuyo cumplimiento es pasado por alto desde el 2007. Si lo acordado no se cumple, ¿no es lógico que se reclame? ¿Cómo pueden los docentes cumplir a cabalidad su labor si son maltratados constantemente por el gobierno?
Como bien mencionan los alumnos ellos también se ven afectados con esta evasión de la homologación porque pierden clases. El problema entonces no es solo de los maestros, sino de la colectividad universitaria. No olvidemos que hace algunas semanas los alumnos, docentes y administrativos protestaron exigiendo que se aumente el presupuesto para las universidades públicas. Este reclamo también es justo pues en el Acuerdo Nacional, en el año 2002, se decidió llegar gradualmente al 6% del PBI como presupuesto para el sector educativo; sin embargo, el presupuesto designado para el sector corresponde al 2,7% del PBI. En el siguiente cuadro comparativo entre países de América Latina podemos ver que el Perú es uno de los países que menos invierte en Educación. (Ver tabla)
Ambas demandas, presupuesto y homologación, son legítimas y ambas parten del mismo problema: el desinterés del gobierno de turno respecto al sector educativo en el Perú. Es momento, entonces, de reclamar juntos que se priorice al sector, y no de dividirse ante el justo reclamo docente.
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