jueves, 15 de octubre de 2009

TRIBUNA ABIERTA

¿Ya hablaste de sexo con tus hijos?
Por Marilia Pastor
Fuente La República

No debería eludir esta pregunta si tiene hijos o hijas menores. Hablarles con la verdad, dejando atrás tabués y prejuicios, es un imperativo si queremos que el despertar sexual no los ponga en situaciones de riesgo ni implique un aprendizaje traumático.

Considere las siguientes alternativas: a) Hablar de sexo con sus hijos hace que ellos inicien su vida sexual más temprano. b) Por darles una lección sobre métodos anticonceptivos promoverá que tengan relaciones. c) Darles información sobre distintas orientaciones los volverá homosexuales. ¿Cuál de estas opciones es la correcta? Ninguna, todas son mitos deleznables.

Está comprobado que cuando los chicos y las chicas reciben información y orientación sobre sexualidad postergan su primera relación hasta sentirse seguros y confiados del paso que están dando. ¿La razón? Sencillamente porque el tema deja de convertirse en una obsesión adolescente, que ellos se mueren por descubrir. La educación sexual se convierte en un mecanismo de defensa para evitar embarazos adolescentes e infecciones de transmisión sexual (ITS). “Incluso se ha verificado con estudios que dar información sobre métodos anticonceptivos a la larga genera un uso adecuado y oportuno en los jóvenes”, afirma la psicóloga clínica y psicoterapeuta sexual Taly Mekler.

La decisión está en sus manos: ¿A quién prefiere que recurra su hijo o su hija cuando pregunte sobre el origen de los bebés o qué es la masturbación? ¿A sus amigos? ¿A internet? Otra vez, no opte por ninguna de las anteriores, usted es el indicado. ¿Prefiere que su hija crezca con una visión errónea o distorsionada de la sexualidad? Olvídese de la vergüenza que siente tan solo al decir las palabras pene o vagina frente a su niña o niño. Es hora de hablarle de sexo con la mayor naturalidad.

Guía para padres

Como padre o madre la idea le debe haber rondado por la cabeza; pero sencillamente no sabe cómo abordar el tema. Descuide, no tiene porqué resultar complicado. Simplemente deje que se presente la ocasión a raíz de una pregunta. No olvide que antes de contestar necesita saber la razón de la inquietud para orientar adecuadamente la respuesta.

“Se debe educarlos desde los dos o tres años, cuando empiezan a tener dudas, procurando siempre informar y hablar de la sexualidad como si fuese un tema común”, aconseja la psicóloga Mekler. Por ejemplo, si un niño se baña con su madre se dará cuenta de que tienen genitales distintos y se preguntará por qué. Esto daría pie para hablar acerca de las partes del cuerpo (nombrándolo por sus nombres verdaderos, nada de ‘pajarito’ o ‘pipilín’).

Si bien los niños pequeños entienden cuando se les habla de sexualidad, tampoco se trata de explicarles todo de golpe. La información que se les entrega debe ser proporcionada de acuerdo con la edad. Entre los dos y los nueve años hay que enseñarles a protegerse contra aquellos que pretendan abusar de ellos. Además de introducir conceptos básicos, como la diferencia entre hombres y mujeres, promover la higiene y nombrar las partes del cuerpo.

En la pubertad, hasta los 15 años, se conversará acerca de las inquietudes y cambios corporales que van a experimentar los adolescentes como la forma en la que nacen los niños, los métodos anticonceptivos, las conductas de riesgo (embarazos e ITS), la diversidad sexual y la diferencia entre el sexo y el amor. Dos puntos fundamentales son la primera menstruación y la primera eyaculación que deben ser explicados “antes de que sucedan para que no los coja por sorpresa y terminen asustados o no sabiendo cómo manejarlo si se encuentran fuera de casa”, precisa Mekler.

Hablarles sin tapujos de las ventajas del condón o del placer que se siente al mantener relaciones no significa que se está consintiendo el acto. Se busca inculcarles una cultura de prevención y, sobre todo, que ellos mismos formen su juicio para que actúen sensatamente. Con la intención de “enseñarles desde chicos a que asuman responsabilidades y que todo lo que hagan tiene una consecuencia”, enfatiza Tijero. Por eso se les advierte sobre los posibles resultados de sus acciones: embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual o el peligro de contagiarse con VIH/sida.

Una propuesta escolar

Sebastián está en 6to de primaria y es un aplicado alumno del colegio Héctor de Cárdenas. Él sabe diferenciar el sexo de tener relaciones sexuales. “Sexo es el género masculino o femenino”, explica. Al igual que sus otros 18 compañeros, ha leído los libros “Sexo, ¿qué es?” y “Mi cuerpo es lindo”, lo que le permite hablar seriamente de la menstruación y las formas de evitar un embarazo. Hace dos años cuando se hablaba de este tema todo era chacota en el salón, recuerda. Ahora Sebastián muestra una sorprendente madurez al hablar del tema.

El colegio Héctor de Cárdenas ha adecuado el currículo del Ministerio de Educación sobre educación sexual a las necesidades de cada grado escolar. Si aparece una pregunta sobre sexo en determinado curso se responde con la mayor naturalidad, pero tomando en cuenta siempre la edad y la madurez de los chicos. En inicial se les habla de identidad y autoestima y en los últimos años de secundaria profesores y psicólogos imparten lecciones sobre cómo llevar una sexualidad sana y de acuerdo a la edad. Milagros Bonnato, presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Familia, concuerda con la metodología ya que enseñan “sin espantarlos” y permite continuar la formación del colegio con la que se imparte en casa.

Teresa Borea, coordinadora de primaria del colegio Héctor de Cárdenas, sostiene que es a los padres a quienes corresponde dar la primera información sobre sexualidad. Aunque en algunos casos, los padres también necesiten orientación. “No solo hay que educar al chico sino también a los papás. Muchas veces ellos no están preparados o no se sienten seguros”. Por eso el colegio organiza talleres bimestrales en los cuales se debate los mismos temas que se tratan en clase y se les da orientación e información para que luego expliquen a sus hijos aspectos básicos sobre sexualidad.

En secundaria, las lecciones de los profesores se complementan con charlas de especialistas. El último miércoles los alumnos de 4to de secundaria recibieron la visita de la psicóloga Deborah Laporta. ¿El tema? El enamoramiento. “¿Por qué los adultos dicen que los adolescentes se ilusionan pero no se enamoran?”, preguntó Deborah a la veintena de estudiantes. Más de uno se animó a intervenir. La idea del taller era hacerlos reflexionar sobre su sexualidad y darles los elementos para que, en un futuro, vivan su propia experiencia sin traumas ni complejos, pero con responsabilidad. Con respecto a eso, ni hijos ni padres tienen dudas.

¿Temas tabú?

Masturbación

•Encontrar a un hijo o hija tocándose es un episodio para el cual se debe estar preparado. Tranquilícese, no causa enfermedades ni es indecente. Su hijo solo expresa curiosidad por su cuerpo. Esta etapa aparece en niños menores de cinco años y retorna en la adolescencia. En el caso de preescolares, puede distraerlos con otras actividades como contarles cuentos o hacer que practiquen deportes. Pero no hay que olvidar hablar del tema con ellos.

Taly Mekler recomienda hacerlo sin censurarlos, reaccionando violentamente o mostrando desacuerdo. Esto podría generar culpa o vergüenza en el chico cuando se busca explicarles que es normal y que no genera enfermedades. “Al contrario, genera un nivel de auto confianza muy alto”. Pero tampoco hay que irse al extremo y alentarlo porque no debe realizarse compulsivamente. Como padre uno “debe liberarse de sus propios prejuicios y pensar que uno también lo hizo”.

La primera vez

•La primera relación sexual va a marcar a la persona para toda su vida. Por ello la educadora Martha Tijero aconseja que los padres conversen de tres puntos con sus hijos: enseñarles qué es lo que sucede y cuáles pueden ser las consecuencias, que conozcan los riesgos (embarazo, ITS) y los métodos de prevención y que se debe hacer con una persona a la que se conozca bien y por la que se siente algo más duradero que la simple atracción. En algún momento, van a hacerlo y se busca ayudarlos a que lo asuman y reflexionen: ¿Cómo quieren sentirse después? ¿Qué va a pasar si la persona con la que hicieron el amor los abandona? Son preguntas que los chicos y las chicas deben responder antes de que ya lo hayan hecho.

Diversidad sexual

•Es importante promover la tolerancia y el respeto frente a los homosexuales y lesbianas. Tijero plantea que se parta de la premisa de que toda persona tiene derecho a ser diferente. “Cada uno va a ser feliz de distintas maneras. Entonces lo que es bueno para mí puede que no lo sea para el otro y eso hay que respetarlo”.

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