ARTICULOS DE ASOCIADOS
Del bullying a las drogas
Por León Trahtemberg
Publicado el 23/10/09 en Correo
Devida acaba de dar a conocer el 2do Estudio Nacional de Prevención y Consumo de Drogas por parte de jóvenes, luego de encuestar a 65,000 estudiantes hombres y mujeres de 1ero a 5to de secundaria de 54 ciudades con más de 30,000 habitantes de todo el país, representando a 1'632,000 alumnos.
Hay datos alarmantes. Ya llega al 40% el total los jóvenes que consumen entre drogas legales como alcohol, tabaco; drogas ilegales como marihuana, cocaína, PBC, inhalantes; o drogas médicas como tranquilizantes y estimulantes. Resulta novedoso el hallazgo sobre la propensión hacia las drogas por parte de alumnos que son víctimas del bullying o la agresión de sus compañeros.
El 40% del total de escolares son víctimas de agresiones en la secundaria, sea que se sientan ignorados (28%), excluidos (22%), discriminados (21%), físicamente agredidos (24%), sexualmente acosados (10%). Muchos de estos jóvenes de ambos géneros se refugian en las drogas como respuesta a su debilidad e impotencia.
A la vez, ocurre que una importante cantidad de jóvenes consumidores se inician en el consumo a solas: con inhalantes (32%), PBC (24%), cocaína (18%) y marihuana (11%). Es decir, si la marihuana es una droga de consumo esencialmente social, las otras son drogas de consumo individual, de jóvenes que se encierran en sí mismos por desesperación o falta de grupo social.
También encuentra que 40% de los estudiantes demandan orientación en el tema de drogas. Inclusive 12% requiere algún tratamiento u orientación especializada por drogas legales, un 2% por drogas ilegales y otro 2% por el uso de estimulantes y tranquilizantes.
En suma, las claves para la prevención del consumo de drogas en adolescentes son dos: reconocer la importancia de que los jóvenes posean habilidades sociales que se cultivan desde la educación inicial y la importancia de que la escuela sea un espacio terapéutico que cuente con tutores especializados y psicólogos escolares que sean capaces de atender la vida emocional y salud mental de los jóvenes.
Apremiarse por desarrollar un currículo cargado de aspectos académicos, en muchos colegios hace olvidar que todos los adolescentes son personas en riesgo que necesitan consejería psicológica
Por León Trahtemberg
Publicado el 23/10/09 en Correo
Devida acaba de dar a conocer el 2do Estudio Nacional de Prevención y Consumo de Drogas por parte de jóvenes, luego de encuestar a 65,000 estudiantes hombres y mujeres de 1ero a 5to de secundaria de 54 ciudades con más de 30,000 habitantes de todo el país, representando a 1'632,000 alumnos.
Hay datos alarmantes. Ya llega al 40% el total los jóvenes que consumen entre drogas legales como alcohol, tabaco; drogas ilegales como marihuana, cocaína, PBC, inhalantes; o drogas médicas como tranquilizantes y estimulantes. Resulta novedoso el hallazgo sobre la propensión hacia las drogas por parte de alumnos que son víctimas del bullying o la agresión de sus compañeros.
El 40% del total de escolares son víctimas de agresiones en la secundaria, sea que se sientan ignorados (28%), excluidos (22%), discriminados (21%), físicamente agredidos (24%), sexualmente acosados (10%). Muchos de estos jóvenes de ambos géneros se refugian en las drogas como respuesta a su debilidad e impotencia.
A la vez, ocurre que una importante cantidad de jóvenes consumidores se inician en el consumo a solas: con inhalantes (32%), PBC (24%), cocaína (18%) y marihuana (11%). Es decir, si la marihuana es una droga de consumo esencialmente social, las otras son drogas de consumo individual, de jóvenes que se encierran en sí mismos por desesperación o falta de grupo social.
También encuentra que 40% de los estudiantes demandan orientación en el tema de drogas. Inclusive 12% requiere algún tratamiento u orientación especializada por drogas legales, un 2% por drogas ilegales y otro 2% por el uso de estimulantes y tranquilizantes.
En suma, las claves para la prevención del consumo de drogas en adolescentes son dos: reconocer la importancia de que los jóvenes posean habilidades sociales que se cultivan desde la educación inicial y la importancia de que la escuela sea un espacio terapéutico que cuente con tutores especializados y psicólogos escolares que sean capaces de atender la vida emocional y salud mental de los jóvenes.
Apremiarse por desarrollar un currículo cargado de aspectos académicos, en muchos colegios hace olvidar que todos los adolescentes son personas en riesgo que necesitan consejería psicológica
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