TRIBUNA ABIERTA
Tener un hijo sordo le cambió la vida
Por: Jorge Moreno Matos
Fuente: El Comercio
Luego de casarse a los 17 años y salir embarazada, enfermó de rubéola. La consecuencia de aquel desafortunado incidente fue que Rodolfo, su hijo mayor, naciera sordo. Sin embargo, Grimaneza Wiese Montero, vecina de Surco, no se amilanó y junto con su primer esposo, Rodolfo Neuhaus, fundó la primera escuela de educación oral para niños sordos de Lima, hoy Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje (CPAL). Rodolfo creció, se casó, tuvo hijos y hoy hace una vida normal como cualquiera. Para Grimaneza la historia fue otra: dedicó los siguientes 50 años de su vida a ayudar a los demás, como ayudó a su hijo.
¿Qué tiempo tiene trabajando en el CPAL?
Cincuenta años. La misma cantidad de años que tiene el instituto. Yo fui una de sus fundadoras.
¿Cómo nació la idea?
Porque mi hijo mayor, Rodolfo, nació sordo y había que rehabilitarlo. Pero era una rehabilitación manual, gestual, y nosotros queríamos algo mejor para él.
¿Y cómo empezaron?
Empezamos con dos médicos, dos maestros y 12 niños.
¿Actualmente cuántos son?
Aproximadamente 140, desde bebes hasta niños de 12 años. Además, trabajan más de 350 personas distribuidas en sus cuatro núcleos, por donde pasan más de 1.200 personas diariamente.
¿Es todo un complejo?
Sí, ahora hay dos colegios y dos institutos. Uno es el colegio para niños sordos Fernando Wiese Eslava, y el otro es Antares, para niños con problemas de aprendizaje. También ofrecemos dos maestrías, en convenio con la Universidad Católica, para la especialización de profesores.
Habrán pasado por épocas muy malas…
Sí, pero siempre hemos encontrado la fórmula para salir adelante. Nosotros creemos mucho en la Virgen de Guadalupe.
¿Por qué lo dice?
Una vez no teníamos dinero para pagar las planillas. Era diciembre y había que pagar enero y febrero a los profesores. Con la directora no sabíamos qué hacer. Ya era de tarde cuando llegó un señor diciendo que quería hacer una donación, y nos entregó un sobre con la cantidad exacta que nos faltaba. Nos miramos y nos reímos.
Datos:
Nació en Lima. Hija única, se casó a los 17 años y tuvo cinco hijos de su primer matrimonio. Convirtió en profesión su deseo de orientar a padres con niños sordos. Actualmente es presidenta del consejo directivo y del comité ejecutivo del CPAL.
Por: Jorge Moreno Matos
Fuente: El Comercio
Luego de casarse a los 17 años y salir embarazada, enfermó de rubéola. La consecuencia de aquel desafortunado incidente fue que Rodolfo, su hijo mayor, naciera sordo. Sin embargo, Grimaneza Wiese Montero, vecina de Surco, no se amilanó y junto con su primer esposo, Rodolfo Neuhaus, fundó la primera escuela de educación oral para niños sordos de Lima, hoy Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje (CPAL). Rodolfo creció, se casó, tuvo hijos y hoy hace una vida normal como cualquiera. Para Grimaneza la historia fue otra: dedicó los siguientes 50 años de su vida a ayudar a los demás, como ayudó a su hijo.
¿Qué tiempo tiene trabajando en el CPAL?
Cincuenta años. La misma cantidad de años que tiene el instituto. Yo fui una de sus fundadoras.
¿Cómo nació la idea?
Porque mi hijo mayor, Rodolfo, nació sordo y había que rehabilitarlo. Pero era una rehabilitación manual, gestual, y nosotros queríamos algo mejor para él.
¿Y cómo empezaron?
Empezamos con dos médicos, dos maestros y 12 niños.
¿Actualmente cuántos son?
Aproximadamente 140, desde bebes hasta niños de 12 años. Además, trabajan más de 350 personas distribuidas en sus cuatro núcleos, por donde pasan más de 1.200 personas diariamente.
¿Es todo un complejo?
Sí, ahora hay dos colegios y dos institutos. Uno es el colegio para niños sordos Fernando Wiese Eslava, y el otro es Antares, para niños con problemas de aprendizaje. También ofrecemos dos maestrías, en convenio con la Universidad Católica, para la especialización de profesores.
Habrán pasado por épocas muy malas…
Sí, pero siempre hemos encontrado la fórmula para salir adelante. Nosotros creemos mucho en la Virgen de Guadalupe.
¿Por qué lo dice?
Una vez no teníamos dinero para pagar las planillas. Era diciembre y había que pagar enero y febrero a los profesores. Con la directora no sabíamos qué hacer. Ya era de tarde cuando llegó un señor diciendo que quería hacer una donación, y nos entregó un sobre con la cantidad exacta que nos faltaba. Nos miramos y nos reímos.
Datos:
Nació en Lima. Hija única, se casó a los 17 años y tuvo cinco hijos de su primer matrimonio. Convirtió en profesión su deseo de orientar a padres con niños sordos. Actualmente es presidenta del consejo directivo y del comité ejecutivo del CPAL.
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