viernes, 19 de noviembre de 2010

TRIBUNA ABIERTA

Promesa contra la educación
Por: Jaime De Althaus Guarderas
Publicado en El Comercio
El lanzamiento de Alejandro Toledo la semana pasada, con la escenografía de ocho banderas peruanas oficiales detrás, avisos en la televisión a todo dar y un discurso efectivo en la CADE, parece haberle dado frutos en las encuestas y, aunque es temprano, no cabe duda de que ya no puede dejar de ser considerado un serio aspirante a ganar las elecciones presidenciales. Por eso mismo, habría que ser más exigente con sus propuestas. La más notoria de todas fue una clonada de la campaña del 2001: doblar el sueldo a los maestros, lanzada esta vez con la garantía de haberla cumplido en la ocasión anterior.

El problema es que no parece haber tomado en cuenta que hay un elemento nuevo que no estaba presente durante su primer gobierno: ahora hay una carrera pública magisterial que antes no había, que significa que los maestros reciben aumentos, sí –que incluso pueden más que doblar sus remuneraciones–, siempre y cuando asciendan de nivel en la carrera, si pasan la evaluación correspondiente. En consecuencia, ofrecer un aumento general e indiferenciado no tiene otro efecto que diluir el incentivo que significa la carrera magisterial para el espíritu de superación de los maestros, para que busquen capacitarse a fin de acceder a un nivel más alto lo más rápidamente posible. Es decir, neutraliza el efecto de la carrera magisterial en el mejoramiento de la calidad de la educación pública, que es el gran objetivo nacional. La promesa de Toledo, lamentablemente ya formulada, de la que quedan prisioneros no solo él si llega a la presidencia, sino el país entero, resulta contraproducente con ese gran objetivo. Un retroceso, en suma, en una batalla que ha costado tanto.

Recordemos que, gracias a los ingresos de la minería, Toledo pudo cumplir con la promesa de doblarles el sueldo a los maestros, pero la calidad de la educación cayó: la IV Evaluación Nacional de Rendimiento Estudiantil realizada el 2004 reveló rendimientos ligeramente inferiores a la III evaluación realizada en 1998. De modo que no se puede ofrecer aumentos generales e indiscriminados. ¿Cómo salimos de ese entrampamiento ahora, después de formulada la promesa? Sería bueno que Toledo encontrara la manera de condicionarla efectivamente al mejoramiento de la calidad, como luego aclaró, sin decir cómo. El Perú no puede empezar un camino difícil y complejo para abandonarlo a la primera de bastos de una oferta electoral facilista.

Como tampoco ofreció salidas al problema de la baja calidad y la corrupción en el gasto de los gobiernos regionales y locales, engendrado por una descentralización mal planificada desde un principio, que ya es hora de reformar. No hubo planteamientos sobre ese delicado tema. Ojalá vengan.

0 comentarios:

  © Blogger templates The Professional Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP