viernes, 15 de octubre de 2010

ARTÍCULOS DE ASOCIADOS

Los diez mínimos para los egresados de secundaria
Por León Trahtemberg
Publicado en su Blog.

En reciente reunión de colegas, y a la luz de mi próximo retiro de la conducción del Colegio León Pinelo de Lima para ingresar al mundo de las consultorios y la docencia universitaria, me pidieron que intente priorizar las experiencias pinelinas más recientes, realizadas o en camino de realizarse, que me parecía eran más significativas para formar mejor a los estudiantes del siglo XXI. Esta columna me permitirá compartir mi respuesta con todos los interesados en el tema educativo, a manera de insumo para la reflexión, ya que hay mucho por innovar no solo en las escuelas públicas que son de responsabilidad del Ministerio de Educación, sino también de las privadas, que a pesar de la mayor libertad de acción no siempre ofrecen una formación de vanguardia a los estudiantes.

Entendamos primero que estamos hablando de asuntos educativos que van más allá de cumplir adecuadamente con un currículo exigente, apelando a las más modernas tecnologías y técnicas pedagógicas, con un buen soporte psicológico y en el contexto de un buen clima institucional. Eso es algo básico que debe existir en toda escuela. Más allá de ello, creo que hay cuatro planteamientos en los que vale la pena pensar.

Propongo que todo alumno que egrese del 5to año de secundaria acredite que 1) Ha cumplido 100 horas de prácticas laborales juveniles, (para lo cual los ministerios de educación y trabajo habrán hecho las precisiones legales del caso para facilitarlas en buenas condiciones). 2) Ha cumplido 100 horas de trabajo social. 3) Ha cumplido con elaborar una monografía siguiendo todos los parámetros académicos que esto demanda. 4) Ha realizado una innovación o invento.

¿Por qué estas propuestas? Porque decididamente contribuyen a la formación personal, cívica, académica y científica de nuestros jóvenes. Veamos.

1). En un mundo laboral planetario que sigue las reglas de la globalización y en el cual hay un frecuente desempleo profesional, es bueno que los alumnos se entrenen desde jóvenes para conocer el mundo del trabajo, cosa que nunca lograrán en las aulas escolares o universitarias. Esto es particularmente importante en el sector servicios, no solo porque allí está la mayor parte del empleo moderno sino además porque suelen ser ocupaciones abiertas para jóvenes que quieren trabajar por horas. Alguna experiencia en una pequeña empresa es un buen complemento.

2). En países en los que campean la corrupción, pobreza, inequidad, indiferencia al dolor ajeno e ineficiencia del estado para dar servicios a los necesitados, comprometerse a hacer trabajo social en apoyo a personas e instituciones que tienen carencias diversas y requieren del apoyo solidario del prójimo, genera experiencias que permiten conocer y comprometerse con el país más allá de las asépticas aulas escolares.

3). Los estudiantes escolares apegados a la secuencia lógica de la disciplina académica que estudian, sea matemática, biología, literatura, historia, etc. no están habituados a estudiar a fondo un tema interdisciplinario, a plantearse un problema y buscar la información que le de respuesta. Aprender a hacer monografías ayuda a este propósito académico.

4). En países en los que los jóvenes se dedican a memorizar, copiar e importar costosa ciencia y tecnología, alentar a los jóvenes a pensar, crear, innovar e inventar desde pequeños, no solo les aporta a su autoestima y capacidades científicas sino que obliga a los docentes a organizar sus actividades educativas en función de estos valores, a romper con la cultura de la copia y estimular la tan necesaria innovación.

Si las universidades se identificaran con estas propuestas, podrían motivar a los colegios a asumir estas actividades aprovechando la influencia que tienen en los quehaceres escolares a través de los requisitos que exigen a los postulantes para su admisión. Así como las universidades impusieron en los colegios los exámenes de selección múltiple, el formato de los tercios, los cursos de aptitud numérica, verbal y hasta de redacción de ensayos, el entrenamiento para pasar una entrevista y el armado de portafolios con las actividades no académicas o escolares meritorias acumuladas por el postulante, así mismo podrían hacerlo con estos nuevos requisitos para la admisión. De esta manera, sin que tenga que mediar el ministerio de educación, las universidades podrían proponer nuevos componentes relevantes para la formación de los jóvenes. Eso las obligaría además, para ser coherentes, a introducir en su propio currículo universitario actividades que continúen con esta primera experiencia que viene desde la escuela, para que quien se gradúe de la universidad se lleve un bagaje de formación integral mucho más completo.

LOS DIEZ MINIMOS



Con posterioridad a la publicación de este artículo, modifiqué la lista para proponer los "diez mínimos" que figuran a continuación:

Además de un currículo exigente, modernas tecnologías, soporte psicológico y buen clima institucional, propongo que todo egresado del 5to de secundaria acredite que:
1) Ha cumplido 100 horas de prácticas laborales juveniles.
2) Ha cumplido 100 horas de trabajo social (big brother, big sister).
3) Ha cumplido con elaborar una monografía siguiendo todos los parámetros académicos que esto demanda.
4) Ha detectado tres errores trascendentes ó mitos en sus textos escolares o en libros ó documentos de divulgación
5) Ha aprobado un curso de finanzas
6) Ha llevado un curso online a distancia en cada grado de secundaria
7) Ha llevado un curso de circo y/o teatro para el desarrollo de su personalidad y comunicación social
8) Ha realizado una innovación o invento (2 Ejemplos).
9) Ha desarrollado e implementado una iniciativa de orden ecológica (en el colegio, hogar, vecindario)
10) Ha realizado un documento audiovisual de al menos 3’. (Vídeos de ficción, documentales, vídeo promocional/institucional, evento social, capacitación, vídeo clips, educativo, (idea, guión, rodaje, postproducción)

Razones:

1). En un mundo laboral planetario que sigue las reglas de la globalización y en el cual hay un frecuente desempleo profesional, es bueno que los alumnos se entrenen desde jóvenes para conocer el mundo del trabajo, cosa que nunca lograrán en las aulas escolares o universitarias. Esto es particularmente importante en el sector servicios, no solo porque allí está la mayor parte del empleo moderno, sino además porque suelen ser ocupaciones abiertas para jóvenes que quieren trabajar por horas. Alguna experiencia en una pequeña empresa es un buen complemento.
2). En países en los que campean la corrupción, la pobreza, la inequidad, la indiferencia al dolor ajeno y la ineficiencia del estado para dar servicios a los necesitados, comprometerse a hacer trabajo social en apoyo a personas e instituciones que tienen carencias diversas y requieren del apoyo solidario del prójimo, genera experiencias que permiten conocer y comprometerse con el país más allá de las asépticas aulas escolares.
3). Los estudiantes escolares, apegados a la secuencia lógica de la disciplina académica, que estudian Matemática, Biología, Literatura, Historia, etc., no están habituados a estudiar a fondo un tema interdisciplinario, a plantearse un problema y buscar la información que le de respuesta. Aprender a hacer monografías ayuda a este propósito académico.
4). Si tener pensamiento autónomo e independiente es un valor de la buena educación, tienen que haber evidencias sobre la capacidad de los alumnos de confrontarse con “verdades establecidas” -que muchas veces son meros chismes o mitos con gran difusión- de modo que debidamente confrontadas pueden quedar derribadas. Si aspiramos a que nuestros egresados sean ciudadanos informados y responsables de un mundo en el que tendrán que tomar posiciones en temas como la buena alimentación, la píldora del día siguiente, los transgénicos, los medicamentos genéricos, la deforestación, las sustancias psicoativas, etc. entonces deben haber adquirido los fundamentos de la investigación científica personal que les permita saber qué es lo mejor para ellos y la sociedad.
5). Los egresados del colegio y la universidad tendrán que aprender a asumir las responsabilidades de los trabajadores independientes, en cuanto a sus seguros médicos, de vida, fondos de jubilación, colocaciones alternativas para sus ahorros, manejo de créditos y tarjetas, etc., para lo cual requieren una formación básica que la escuela debería proporcionarles. Así mismo, dado que su vida laboral estará vinculada al mundo de la empresa, bien vale la pena que reciba una formación inicial en ese tema.
6). Con el fin de entrenarse para la educación continua, los alumnos tienen que tener algunas experiencias en aprendizaje en línea.
7). El desarrollo de la personalidad ―que será una herramienta fundamental para el éxito en la vida social y profesional― se enriquece con el dominio de las técnicas actorales.
8). En países donde los jóvenes se dedican a memorizar, copiar e importar costosa ciencia y tecnología, alentar a los jóvenes a pensar, crear, innovar e inventar desde pequeños, no solo les aporta a su autoestima y capacidades científicas, sino que obliga a los docentes a organizar sus actividades educativas en función de estos valores, a romper con la cultura de la copia y a estimular la tan necesaria innovación.
9). No basta expresar preocupación por la conservación del medio ambiente. Hay que evidenciar la capacidad de hacer algo al respecto.
10). La pedagogía de la memorización y copia se enfrenta con el estímulo a pensar, crear, innovar e inventar, no solo en el terreno concreto sino también en el digital-virtual. En este último campo, todo lo que sea diseño gráfico y desarrollo de audiovisual y digital ofrece un gran espacio de aprendizaje y experimentación

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