viernes, 27 de agosto de 2010

TRIBUNA ABIERTA

Elecciones en el colegio de profesores del perú
Por Sigfredo Chiroque
Publicdo Blog del autor

El próximo domingo 12 de septiembre, unos 484 mil 128 docentes afiliados al Colegio de Profesores del Perú (CPPe) deberían votar, para renovar su Junta Directiva Nacional. Ojalá se plasme esta votación, pues grupos internos y situaciones externas han venido postergando una necesaria revitalización democrática de este gremio magisterial.

SUTEP Y COLEGIO

1. Como sabemos, el CPPe tiene una especificidad que “per se” no se opone al Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP). El Sindicato tiene el campo fundamentalmente reivindicativo-laboral, mientras el Colegio se ubica fundamentalmente en el campo deontológico-profesional. Destacamos los énfasis, en la medida que hay sindicatos que asumen también lo profesional-deontológico y colegios que asumen también lo reivindicativo laboral.


2. Desde el Gobierno, la creación (no solicitada por el magisterio) del Colegio de Profesores en el Perú en 1990 tuvo la intención de hacer paralelismo al SUTEP. Esto no prosperó. Pero, también su reactivación en el 2004 tuvo similar propósito; pero tampoco esto tuvo acogida. Las dirigencias del Colegio –desde el 2006- no han tenido posiciones contrarias al SUTEP como institución de frente. En la huelga del 2007, por ejemplo, salieron a las calles las diversas fuerzas magisteriales convocadas unitariamente por el SUTEP y el Colegio.


3. Los actuales candidatos para ser Decano Nacional del CPPe (2010-2013), todos se identifican con el Sindicato. Uno de ellos, inclusive, ha sido fundador del SUTEP (1). En la práctica, no debería existir antagonismo entre el Sindicato y el Colegio. Por ello, es de esperar que –más bien- avancen esfuerzos conjuntos desde ambos gremios magisteriales del Perú, más allá de las diversas opciones políticas de cada candidato.


UN MAESTRO, UN VOTO.


4. Formalmente deberían votar los 484 mil 128 docentes colegiados y registrados en la ONPE. De esta manera, se cumpliría la propuesta democrática de “un maestro, un voto”. Para garantizar esto -con madurez y de manera clara- los organizadores de las justas electorales han hecho convenios con instituciones como la ONPE y Transparencia para las actuales elecciones. ¡Y esto nos parece acertado! Como también es un acierto que los docentes puedan acudir a votar con su carnet del Colegio o simplemente con su DNI.


5. A pesar de lo dicho, importa alertar que hay situaciones que pueden relativizar el voto masivo del magisterio nacional:


a) Difusión sobre las elecciones al CPPe.- No solamente hay escasa propaganda de esta justa electoral, sino que ella se pierde con el ruido de las elecciones municipales. Muchos maestros/as no votarían, simplemente porque ignoran el acontecimiento. Importa, entonces, poner en marcha el “avisa a los compañeros”.


b) Relativización gubernamental a la colegiatura.- Dentro de la estrategia de imponer la nueva Ley de Carrera Pública Magisterial el Gobierno encontró un inconveniente: los docentes debían estar colegiados para ser nombrados e incorporarse a dicho dispositivo legal. Inicialmente omitieron este requisito apelando a que la elección del profesor Carlos Gallardo como Decano Nacional del CPPe estaba judicializada. Cuando esta situación fue resuelta a favor del citado colega, simplemente se dispuso y dispone que “por esta vez” la colegiación no es necesaria. De esta manera, los docentes no perciben que el estar colegiado les sea útil en los trámites oficiales.


Ante esta situación, el magisterio debería revertir el propósito oficial de ningunear al CPPe y –de pasada- relativizar la misma profesión magisterial. Cada docente tiene la obligación de reafirmar su profesión y como muestra de ello hacerse presente en las próximas elecciones de su Colegio. No hacerlo, es hacer el juego al Gobierno.


c) El abstencionismo, como consigna decreciente.- Un grupo minoritario del magisterio llamó a la abstención, asumiendo que el Colegio sería “parte del sistema”. Sin embargo, este grupo positivamente ha comenzado a revisar su consigna.


Invocamos a los compañeros que tienen esta posición a replantearla y, por el contrario, aunar esfuerzos para asumir diversos espacios sociales en función a los objetivos del magisterio y también de nuestro Pueblo.


d) Las postergaciones.- La justa electoral se ha venido postergando. Y esto obviamente genera un relativo descrédito. Algunas veces las postergaciones se han justificado (2). Pero, importa señalar que a veces se busca provocar incertidumbre, con objetivos no tan santos.


Al escribir esta nota, teníamos información de la renuncia intempestiva del Presidente del Comité Electoral. A estas alturas, este hecho ciertamente es intencional y podría poner en riesgo la presencia de instituciones serias como la ONPE y Transparencia, y provocar una postergación más de las elecciones.


COYUNTURA DE UNIDAD


6. El contexto actual del país llama a cerrar filas para desarrollar propuestas de sociedad y de educación acordes a las necesidades de nuestro Pueblo. Pero no basta tener propuestas de cambio. Hay urgencia en organizar el sujeto colectivo de cambio. Y esto se logra anteponiendo intereses del conjunto, antes que intereses personales y de grupo. Las típicas maniobras y vicios del movimiento social deben ser desterrados. En un organismo, como el CPPe -que tiene la deontología profesional como uno de sus rasgos distintivos- resulta contradictorio tener dirigencias que no asumen en su vida cotidiana una práctica ética, moral y de transparencia.


7. El contexto de la profesión docente también exige la unidad. De hecho, el actual Gobierno ha relativizado la profesión magisterial, mediante la Ley 29510 que permite el ejercicio docente a profesionales sin título pedagógico. Esta norma debe ser replanteada, pues atenta a la misma profesión docente. Un CPPe bien consolidado –de la mano con el SUTEP- resulta necesario para enfrentar a la 29510. Por ello, apelamos a retomar el criterio de unidad.


8. La unidad no es sinónimo de uniformidad ideológico-política. Al asumir el criterio de uniformidad –a la larga- se cae en el burocratismo, el sectarismo, el autoritarismo y las prácticas de paralelismo (cuando uno no gana). La unidad se da respetando las opiniones y las organizaciones de los demás y, de veras, practicando un real criterio de “trabajo de frente”.


9. Esperamos que antes, durante y después del proceso de elecciones, el magisterio y las tres fuerzas -que pugnan en estas elecciones del CPPe- actúen con compromiso y ética. Solamente así los miembros de una profesión formadora y, principalmente sus dirigencias, darán ejemplo de madurez y práctica de valores..

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