jueves, 12 de noviembre de 2009

ARTICULOS DE ASOCIADOS

Documentos para tener en cuenta y no perder la calma
Por Luis Miguel Saravia C.
Fuente Educar

En medio de tanto vacío de ideas pedagógicas y políticas, de la saturación de temas reiterativos de educación, pobreza, PBI, crecimiento económico y crisis, van pasando sin mucho ruido algunas publicaciones que hacen replantearnos y recordar que los ciudadanos de la región estamos para renovar nuestros planteamientos, renovar ideas, revisar tendencias.

Sin duda más de uno pensará que es caer en un lugar común cuando nos referimos a documentos que en jerga periodística serían “refritos” o inactuales, pues no son para el común de las gentes –y en esto yerran- por sus planteamientos que nos invitan a reflexionar, a analizar, a replantear temas, problemas y soluciones.

Tal vez sería bueno recurrir al ejemplo y legado de JC.Mariátegui a quien muchos citan y recitan, pero no siempre se ponen a su talla cuando de reflexionar sobre nuestro país se trata. Ese “sin calco, ni copia” está aún pendiente de respuesta porque todos anteponemos lo ideológico partidario antes que una reflexión seria, profesional, disciplinaria sobre los temas de la realidad peruana y en especial la educación.. Somos fáciles para etiquetar, pero difíciles para separar la paja del trigo que implica no sólo conocimiento sino compromiso, convicción, vocación de servicio, reconocimiento del otro con sus bondades y defectos, buscando el fin superior de la educación para nuestra población. Buscamos la salida fácil y así nos “colgamos” de cuanta consigna nos parece idónea y tratamos de ajustarla a nuestro discurso educativo. Así viene pasando en educación. Tenemos quinquenios de sobra para haber demostrado la buena educación, pedagógicamente hablando no encuentra puntos de coincidencia con el término calidad utilizado en otras disciplinas. Pero seguimos invirtiendo en ello, seguimos apostando por la adopción de otras disciplinas –sin duda aportan- y dejando en el desván aquello que la pedagogía clásica nutrió a las mejores generaciones de educadores y educandos en nuestro país. Pequeñas recetas, muy puntuales, hacen perder la complejidad del tema educativo. Un Encinas, un Barrantes, un Izquierdo Ríos fueron docentes creativos y docentes comprometidos con su realidad y conocedores de las disciplinas que hoy tanto maravillan a quienes reducen a la educación como un acto mecánico y no como un proceso que no lo puede desarrollar cualquiera, como muchos piensan y predican.

En este año dos documentos, consideramos, quieren contribuir a la reflexión y que quienes diseñan la política educativa en nuestro país podrían molestarse en leer. Uno de ellos nos recuerda que hace casi 20 años que la CEPAL propuso la idea fuerza de la transformación productiva con equidad. Quienes vivimos en el país por entonces podremos recordar la profunda crisis de los años ochenta, con sus dificultades de estabilización interna y ajuste externo, y cómo nos “vendieron” una década de reformas estructurales planificada en el llamado Consenso de Washington (recordemos el estribillo de medidas que los profetas de entonces anunciaban: disciplina fiscal; reordenamiento de las prioridades del gasto público; reforma impositiva; liberalización de las tasas de interés; tasa de cambio competitiva; liberalización del comercio internacional; liberalización de la entrada de inversiones extranjeras directas; privatización; desregulación; derechos de propiedad). Con ello saldríamos de la crisis en que nos encontrábamos. En una atmósfera de perplejidad y pesimismo respecto de las perspectivas de la región, la CEPAL proponía una visión contrapuesta al pensamiento extremadamente ortodoxo que en ese momento dominaba los planteos de la política económica. Hoy 20 años después la CEPAL publica un libro llamado: “ La Transformación productiva 20 años después. Viejos problemas, nuevas oportunidades.” (CEPAL. Mayo de 2008 • Original: Español • © Naciones Unidas • Impreso en Santiago de Chile.). Un texto para especialistas que sin embargo nuestros docentes también deben conocerlo para poder enmarcar mejor la realidad de la región en que nos encontramos y nutrir nuestra propuesta de política educativa. Cansados ya del discurso fácil y encendido, tan fugaz como la llama de un fósforo, debemos empezar a pensar en profundidad en contenido y en propuestas que se nutran de nuestra cultura, de nuestra identidad. Ya sabemos como decía Habermas que “Con palabras puede mentirse y ejercerse poder, pero no puede existir un lenguaje construido por completo sobre patrañas.”(Jurgen HABERMAS, artículo de Thmas Assheuer en magazín-deutschland. de Nº4 –Agosto, 2009). A veces suena cruel recordar esas palabras cuando el día a día nos presenta a líderes de la educación y sus fanfarronadas creyéndonos que con ello construyen política educativa.

El libro de la CEPAL nos recuerda brevemente que en la década de 1990 y los primeros años de la presente fueron elaborando distintos aspectos vinculados a la transformación productiva con esta visión integradora, a veces acentuando los temas económicos, a veces los sociales y siempre enmarcando sus propuestas en el entorno institucional de la región. Pero el acento ocasional nunca cambió la visión integral del proceso de desarrollo. Y en eso tienen razón pues se puede apreciar cómo el pensamiento de la CEPAL tanto los temas económicos, sociales e institucionales han sido siempre considerados de manera conjunta, en el sentido de que interactúan y se condicionan recíprocamente. Esa manera de enfocar los problemas y de elaborar soluciones pareciera que fuera sólo un coto privado de los economistas y planificadores, pero distante de los maestros y de las autoridades que generan políticas.
A la distancia y en el recuerdo el libro hace mención a los cambios ocurridos en el mundo y que fueron resaltados en la propuesta de la década de los 90 y cómo se han acelerado de manera considerable y han surgido nuevos actores que, tanto por el lado de la oferta como de la demanda, han alterado sensiblemente los antiguos equilibrios de la economía mundial y han provocado cambios estructurales profundos. Es por ello que este libro pretende retomar su visión de la transformación productiva y examinarla a la luz de estos tiempos para averiguar, en última instancia, si las nuevas oportunidades pueden contribuir a superar los viejos problemas. Para ello recuerda otro texto que sin duda donde el mensaje educativo fue más directo al decirnos que la educación y el conocimiento era el eje de la transformación productiva con equidad. Se nos decía que la educación y la producción del conocimiento tenían un carácter central en la difusión de valores, la dimensión ética y los comportamientos propios de la moderna ciudadanía, así como la generación de capacidades y destrezas indispensables para la competitividad internacional (creciente basada en el progreso técnico) reciben un aporte decisivo de la educación y de la producción del conocimiento en una sociedad. La reforma del sistema de producción y difusión del conocimiento es, entonces un instrumento crucial para enfrentar tanto el desafío en el plano interno, que es la ciudadanía, como el desafío en el plano externo, que es la competitividad. Se recomendaba diseñar y poner en práctica una estrategia para impulsar la transformación de la educación y de la capacitación y aumentar el potencial científico-tecnológico de la región, con miras a la formación de una moderna ciudadanía, vinculada tanto a la democracia y la equidad como a la competitividad. Planteaba que la estrategia debería articularse en torno a los objetivos de ciudadanía y competitividad; y que deberían ser ellos los inspiradores de las políticas la equidad y el desempeño, y como lineamientos de reforma institucional la integración nacional y la descentralización.

Y en eso estuvimos pero de manera dispersa, sin conducción, sólo abrazando iniciativas surgidas de decisiones que no fueron asumidas como política educativa, sino como técnicas para alcanzar el desarrollo de capacidades y habilidades y no trascender a un objetivo mayor. El contexto político signado por la violencia y por el autoritarismo con disfraz democrático, en donde quien fungió de caudillo invirtió los valores, hizo escarnio de las instituciones y disfrazó el discurso pedagógico por un “nuevo enfoque” que reducía al docente a un mero técnico que recibía “recetas” de iluminados para desarrollarlas en el aula. Pero avanzar en esta labor en el contexto que vivíamos significaba movilizar un amplio conjunto de energías sociales dispersas y, en tal sentido, el papel de las políticas públicas es esencial. Sin embargo tuvimos todo lo contrario desde el gobierno de entonces. Ninguna de las recomendaciones que se dieron referidas a pensar la educación en una perspectiva de mediano y largo plazo y para catalizar los esfuerzos que permitan detectar oportunidades presentes y futuras. También se recomendó construir alianzas con el sector privado que sean duraderas y con beneficios y compromisos para ambas partes, en la perspectiva de diseñar y desarrollar estrategias que impulsasen la concreción de procesos conducentes a esa visión y aprovechar las oportunidades.

Esto implicaba construir amplios consensos –tan difíciles entonces porque significaban traicionar la opción política- que permitan forjar acuerdos en diversas áreas del quehacer cotidiano y nacional. Es decir tener y practicar una visión plena, democrática que permitan la transformación productiva con equidad, así como la concertación social que debe darse en los acuerdos sobre crecimiento, equidad y desarrollo institucional.

Son siete capítulos de recuerdos, reflexiones y compromisos, que comprende la edición, veinte años después. Las reflexiones finales nos hablan de algunas luces en el desarrollo reciente de la región, pero también importantes sombras; de importantes cambios en la economía mundial. Enumero algunos ítems que se ponen en el margen para resaltarlos y que hay que leerlos como reflexión y reto para el diseño de una política educativa que trascienda la fatigosa rutina que no hace sino seguir señalando nuestra tragedia en el aprendizaje y comprensión de los educandos y no hace nada por reformar y considerar en el nivel que se debe la formación docente, a quien sigue maltratada y creer que poniéndose vallas altas a los aspirantes a docentes con el invento de la nota 14 se solucionarán los problemas. Y ese es un camino errado.

El libro nombrado nos invita a pensar sobre las oportunidades de competitividad en el contexto de la diversidad de los patrones de aprendizaje sectoriales; la industria manufacturera heredada del proceso de sustitución de importaciones; la industria manufacturera vinculada a los regímenes de fomento de las exportaciones; el complejo agroalimentario; la minería metálica; los servicios turísticos; los servicios empresariales; las cadenas globales de valor y la apropiación de la renta; el escalamiento en cadenas globales de valor: el papel estratégico del desarrollo de capacidades; la vigencia del regionalismo abierto; el valor de las estrategias de cambio estructural y desarrollo exportador; las alianzas públicoprivadas; el implementar con eficacia planes y programas; no se trata de copiar, pero sí de aprender de otras experiencias; la necesidad de focalizar el esfuerzo; las políticas públicas y la innovación; la construcción de consensos nacionales; el financiamiento del proceso de transformación productiva con equidad; Y finalmente nos pregunta ¿Podremos llenar el casillero vacío?

Una agenda para tener en cuenta y abordar en primera mano desde una perspectiva educativa para la formación de los recursos humanos que requiere el país. ¿Será posible? En esa perspectiva ha sido pensado el Proyecto Educativo Nacional y el Consejo Nacional de Educación deberá ir planteando la profundización de la política educativa en lo relacionado a los contenidos para que la región y nuestro país lleve adelante un proceso de transformación productiva que potencie el crecimiento y mejore la equidad.

Otro documento que pasó casi desapercibido, a no ser por la presentación en TV de su principal promotor ha sido el ex presidente Alejandro Toledo, quien lo presento al Presidente de la República. Se trata La Agenda Social para la Democracia en América Latina que es una iniciativa de investigación del Centro Global para el Desarrollo y la Democracia fundad y presidido por Alejandro Toledo.

Este documento contiene propuestas de una serie de recomendaciones sobre políticas que, de ser sistemáticamente aplicadas y desarrolladas, mejorarán significativamente las vidas y la movilidad social de los pobres de América Latina, y producirán una nueva dinámica para el crecimiento económico y reforzarán las aún débiles y frágiles instituciones democráticas en América Latina. El documento ha sido elaborado por un grupo de veinte ex Presidentes de América Latina, (con la colaboración de varios expertos en desarrollo de varios sectores), quienes lo presentarán a los Presidentes y Jefes de Gobierno en ejercicio, que participen en la Cumbre Iberoamericana 2009, a realizarse el presente mes en Estoril, Portugal.

En el documento las recomendaciones de políticas están organizadas en 15 áreas temáticas: (1) Políticas de reforma fiscal; (2) Ampliar las transferencias condicionadas en efectivo; (3) Dar facilidades para la aumentar las remesas; (4) Permitir y ampliar las Micro-finanzas; (5) Mejorar la calidad de educación; (6) Aumentar la seguridad alimentaria; (7) Mejorar la nutrición y el acceso a servicios de salud de calidad; (8) Promover el empleo decente; (9) Mejorar el agua y saneamiento; (10) Aumento del acceso rural a la energía; (11) Reducir las emisiones de carbón; (12) Mejorar la seguridad personal y reducir la violencia; (13) Aumentar la equidad de género; (14) Proteger los derechos y la representación política de poblaciones indígenas; (15) Reformar las instituciones políticas y legales:

A continuación los subtemas que trata el tema 5: Mejorar la calidad de educación. Al respecto se dice:

- Invertir en la educación universal, de calidad, particularmente preescolar para niños de bajos ingresos. Muchos estudios sugieren que invertir en niños pequeños, desde el cuidado de salud prenatal de la madre hasta los centros preescolares de calidad, siempre rinden un alto beneficio social.

- Aumentar el número de horas de clase por día y por año para el estudiante promedio y especialmente para estudiantes de bajos ingresos, reduciendo el ausentismo de profesores y alumnos y aumentando la longitud del día escolar.

- Diseñar sistemas nacionales y regionales para evaluar colegios, tanto públicos como privados, y hacerlos más responsables de la enseñanza a sus alumnos.
- Reformar el sistema de educación a los profesores aumentando y tomando pruebas sobre contenido de conocimientos y habilidades de enseñanza requeridos para nuevos profesores. La calidad de la capacitación de profesores antes del servicio es crucial para mejorar los logros de los alumnos.

- Desarrollar un sistema de asignaciones para profesores que asegure una distribución igual de profesores de calidad (de acuerdo a su educación y experiencia) en todos los colegios que proveen servicios a los diferentes niveles socio-económicos.

- Crear academias nacionales y regionales para capacitar a los directores de colegios que están altamente calificados quienes pueden ser líderes de instrucción. (HACIA UNA AGENDA SOCIAL PARA LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA PARA LOS PRÓXIMOS VEINTE AÑOS. Recomendaciones de Políticas Públicas y Privadas)

Sin duda dos lecturas que deben oxigenar el ambiente educativo y de los retos que hoy deben plantearse y sumarlos a las preocupaciones locales, coyunturales en donde notamos ineficiencia en la gestión educativa, donde se sigue hablando de estándares y aún no tenemos claros los objetivos de mediano y largo plazo en politica educativa. Nos damos el lujo de contar con un Proyecto Educativo Nacional y algunos Proyectos Educativos Regionales y en lugar de liderar el consenso desde donde debería dirigirse con ponderación y transparencia, se sigue obrando con soberbia, con actitudes autocrática y dando espectáculo por no saber ser tolerante, como el intríngulis surgido entre el Ministro de Educación y la Comisión de Educación del Congreso. Responder de la manera como se hizo significa no tener la ponderación ni ecuanimidad para dirigir un sector donde debe brillar la ponderación. ¿Quién no la debe no la teme? (07.11.09)

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