ARTICULOS DE ASOCIADOS
Colegios reflejan a promotores
Por Leon Trahtemberg - Correo
Cuando uno observa colegios religiosos de trayectoria como La Inmaculada, Santa María, Villa María, Sophianum, Alpamayo, Adventistas, Fe y Alegría, etc., se nota que están penetrados en sus normas, quehaceres y conductas por la filosofía institucional y confesional de sus promotores. Al observar a colegios con enfoques innovadores como Los Reyes Rojos, La Casa de Cartón, Héctor de Cárdenas, Montessori-Piura, Trener, Nivel A, Sarmiento, Trilce, etc., uno también ve reflejados en ellos a sus propietarios, su visión y filosofía, su aproximación tecnológica, su criterio metodológico y empresarial.
En el caso de los colegios internacionales, observar colegios como Waldorf, San Silvestre, Roosevelt, Markham, Franco Peruano, Raimondi, Humboldt, etc. permite ver claramente reflejada la concepción educativa, nacional y cultural de su entidad promotora.
Para todos ellos, su visión y misión están claramente instaladas. En cambio, hay colegios cuya visión, misión y brochure institucional ofrecen algo totalmente distinto a lo que ocurre en los hechos, lo que crea una gran disonancia y confusión en los padres y alumnos, que produce incertidumbre, malestar, quejas y finalmente retiro de alumnos.
Una de las razones es que hay colegios cuyo marketing ofrece todo, es decir, nada. Ofrecer que tendrán alto nivel en inglés, deportes, arte, ciencias, humanidades, informática, educación personalizada, actividades sociales, atención sicológica, etc. es imposible. Ya sabemos que quienes ofrecen todo (como los candidatos políticos) serán incapaces de cumplir con poco de eso y crearán mucha frustración.
El espíritu de relaciones públicas para captar clientes tiene un límite. En cambio, los que ofrecen cosas precisas, verificables, medibles, tienen mucho menos conflictos con los padres porque saben exactamente a qué se están comprometiendo, como en el caso de los colegios preuniversitarios, militares, tecnológicos, bilingües, para niños con problemas de aprendizaje, etc.
Cuando a los profesores, alumnos o padres de un colegio se les pregunta qué es lo distintivo del colegio y no pueden contestar con precisión, o su respuesta es divergente con lo ofrecido en la visión o el brochure institucional, es señal de que hay serios problemas. Es un buen momento para revisar lo que se está haciendo.
Posiblemente esté reflejando a un promotor ambicioso pero confundido.
Por Leon Trahtemberg - Correo
Cuando uno observa colegios religiosos de trayectoria como La Inmaculada, Santa María, Villa María, Sophianum, Alpamayo, Adventistas, Fe y Alegría, etc., se nota que están penetrados en sus normas, quehaceres y conductas por la filosofía institucional y confesional de sus promotores. Al observar a colegios con enfoques innovadores como Los Reyes Rojos, La Casa de Cartón, Héctor de Cárdenas, Montessori-Piura, Trener, Nivel A, Sarmiento, Trilce, etc., uno también ve reflejados en ellos a sus propietarios, su visión y filosofía, su aproximación tecnológica, su criterio metodológico y empresarial.
En el caso de los colegios internacionales, observar colegios como Waldorf, San Silvestre, Roosevelt, Markham, Franco Peruano, Raimondi, Humboldt, etc. permite ver claramente reflejada la concepción educativa, nacional y cultural de su entidad promotora.
Para todos ellos, su visión y misión están claramente instaladas. En cambio, hay colegios cuya visión, misión y brochure institucional ofrecen algo totalmente distinto a lo que ocurre en los hechos, lo que crea una gran disonancia y confusión en los padres y alumnos, que produce incertidumbre, malestar, quejas y finalmente retiro de alumnos.
Una de las razones es que hay colegios cuyo marketing ofrece todo, es decir, nada. Ofrecer que tendrán alto nivel en inglés, deportes, arte, ciencias, humanidades, informática, educación personalizada, actividades sociales, atención sicológica, etc. es imposible. Ya sabemos que quienes ofrecen todo (como los candidatos políticos) serán incapaces de cumplir con poco de eso y crearán mucha frustración.
El espíritu de relaciones públicas para captar clientes tiene un límite. En cambio, los que ofrecen cosas precisas, verificables, medibles, tienen mucho menos conflictos con los padres porque saben exactamente a qué se están comprometiendo, como en el caso de los colegios preuniversitarios, militares, tecnológicos, bilingües, para niños con problemas de aprendizaje, etc.
Cuando a los profesores, alumnos o padres de un colegio se les pregunta qué es lo distintivo del colegio y no pueden contestar con precisión, o su respuesta es divergente con lo ofrecido en la visión o el brochure institucional, es señal de que hay serios problemas. Es un buen momento para revisar lo que se está haciendo.
Posiblemente esté reflejando a un promotor ambicioso pero confundido.
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