jueves, 10 de septiembre de 2009

TRIBUNA ABIERTA

Alfabetización audiovisual
Editorial
Fuente El Peruano

En el orbe entero se constató que todavía hay aproximadamente 800 millones de adultos que no saben leer y escribir. Por ello, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), consciente del drama social que significa para los pueblos del mundo el volumen de analfabetos, declaró el 8 de setiembre el Día Internacional de la Alfabetización, con la finalidad de despertar la conciencia de la comunidad internacional y, de ese modo, asumir un compromiso global en materia de educación y desarrollo.

En ese contexto, el presidente de la República, Alan García Pérez, al asumir su gobierno, en 2006, fijó como uno de los objetivos primordiales erradicar el analfabetismo. De ahí que se implementó en distintos programas sociales la decidida campaña de alfabetización que viene dando grandes frutos y beneficios para los ahora alfabetos, que son aproximadamente un millón de peruanos. De tal manera, esta administración democrática y social, sin buscar réditos políticos, está cumpliendo la meta que se impuso en su plan de gobierno. En otras palabras, obteniendo resultados positivos traducidos en cifras estadísticas que maneja el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

En este sentido, vale resaltar la novedosa metodología Aprender y Crecer –diseñada por especialistas peruanos– que, con soporte audiovisual de alta tecnología, tiene la finalidad de que los iletrados aprendan a leer y escribir de una forma interactiva. El programa ha sido diseñado tomando como referencia el modelo cubano que, empleando los medios audiovisuales, basa la enseñanza de las letras y los números en casos prácticos de la experiencia y la vida de los analfabetos.

El jefe del Programa Nacional de Movilización por la Alfabetización (Pronama), Ángel Velázquez, detalló que cada sesión de alfabetización tiene el soporte de una videoclase, para lo cual se repartieron 20 mil televisores con DVD, así como 20 mil juegos de videoclases. De igual manera, se cuenta con material impreso muy didáctico, así como textos en español y en lengua originaria, con los que se enseña a leer combinando una frase corta que transmite una idea global con la formación de sílabas.

El aprendizaje de un iletrado consta de una etapa básica de 50 sesiones y una adicional de reforzamiento que se concentra en el desarrollo de la lectura. En ambos casos se forman grupos de 15 iletrados como máximo por cada alfabetizador que presta el servicio. En otras palabras, dura 208 horas, y según la disponibilidad del iletrado, se puede concluir en seis meses, asistiendo tres veces por semana a las sesiones.
Finalmente, cabe subrayar que los iletrados están acudiendo voluntariamente a los círculos de alfabetización, es decir, están muy motivados para aprender a leer y escribir.

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