jueves, 14 de abril de 2011

TRIBUNA ABIERTA

Inequidad persiste en salud y educación de zonas rurales

Por: Nelly Luna Amancio

Publicado en el El Comercio


El Perú ocupa puesto 13 de 17 países que brindan igualdad de oportunidades. Mientras Azángaro tiene 2 médicos por 10 mil habitantes, Arequipa tiene 32 Ni la crisis económica internacional del 2009 detuvo el denominado milagro peruano. Durante los últimos cinco años, el país ha crecido en promedio 7% al año; sin embargo, hay varios sectores de la población –sobre todo en la zona rural– donde ese crecimiento no ha alzado vuelo. Por ejemplo, el porcentaje nacional de reducción de la pobreza entre el 2007 y el 2009 fue de 5 puntos, pero, mientras en la selva urbana se redujo en 8%, en la selva rural el porcentaje se incrementó en dos puntos. Los promedios suelen esconder los extremos. Las paradojas estadísticas persisten.


El Perú sobresale en el ránking Doing Business (Haciendo Negocios) y al mismo tiempo se encuentra todavía dentro del tercio inferior de países de la región que aún no pueden garantizar las mismas oportunidades para todos sus ciudadanos. “Siguen existiendo grandes desigualdades rural-urbanas, a la vez hay un alto porcentaje de la población vulnerable a caer en la pobreza. No basta solo el crecimiento económico para llegar a un desarrollo incluyente; también hay que fomentar explícitamente las oportunidades para todos”, reporta el último informe del Banco Mundial. 1. Pobreza: sin oportunidades para todos El mismo informe señala que si bien los ingresos de los sectores más pobres han crecido, también es cierto que el incremento de los ingresos de los grupos económicos superiores ha sido moderadamente más alto.



El índice de las Naciones Unidas que mide la igualdad de oportunidades que un país brinda (IOH) lo corrobora: el Perú ocupa el puesto 13 de 17 países latinoamericanos. Un estudio de los investigadores de Grade Javier Escobal y Carmen Ponce puntualiza que la desigualdad de accesos a servicios más allá de los básicos, a factores de producción y a la posibilidad de ejercer derechos ciudadanos se ha incrementado en la selva y sierra rural. Lima, Arequipa y Tacna tienen el doble de presencia del Estado que Huancavelica, Amazonas y Cajamarca. La mejoría en las áreas urbanas, según el Banco Mundial, está asociada a la posibilidad de acceder a empleos con mejores ingresos en el comercio y la construcción.


En las zonas rurales las familias vinculadas a la agroexportación son las que han mejorado considerablemente su bienestar, mientras que los hogares que dependen de la agricultura de autoconsumo han visto apenas reducidos sus niveles de pobreza. 2. Educación: mayores brechas de desempeño “Hemos avanzado en cobertura e infraestructura”, reconoce Santiago Cueto, coordinador en el país del Proyecto Niños del Milenio, e inmediatamente hace notar que “existe todavía una gran desigualdad”. Si se comparan los resultados de la prueba Pisa (programa para la evaluación internacional de alumnos) del 2009, se puede concluir que el rendimiento escolar de los sectores económicos más altos es mucho mayor que el de los segmentos más bajos.


Esta diferencia en el desempeño es la más alta de la región y una de las más amplias de los países que participaron en la prueba. Santiago Cueto agrega otro indicador: “Los niños en la sierra rural repiten más el colegio que sus compañeros de las ciudades”. Un aspecto positivo es que ya casi no hay diferencia de sexo en el acceso a educación, la desigualdad ahora se traduce entre ciudades y zonas rurales, entre poblaciones indígenas y urbanas. En todo el país el 20% de los escolares estudia en colegios privados; en Lima, sin embargo, este porcentaje se eleva a 45%. Cueto resalta cómo en Brasil y en Chile han logrado reducir las brechas de acceso a la educación de calidad y pone de ejemplo el caso chileno: “Ellos identifican las escuelas con peor desempeño y ahí se prioriza el destino de mayores recursos”. Algo similar podría repetirse aquí, donde año tras año Ayacucho y Huancavelica concentran los colegios con peores rendimientos. 3. Salud: Lima tiene 14 veces más médicos que las provincias pobres La Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de 10 médicos por cada 10 mil habitantes en el país y, en promedio, el Perú está bien: 16 médicos por cada 10 mil. Pero una vez más, los promedios encubren significativas desigualdades: mientras hay provincias como Azángaro (Puno) o Calca (Cusco) que apenas tienen dos médicos, Lima cuenta con 28 y Arequipa 32. El último informe sobre desarrollo humano de las Naciones Unidas precisa, además, que las provincias menos pobres tienen tres veces más médicos que las provincias más pobres. Las diferencias en el acceso a los servicios de salud, según Néstor Valdivia, investigador de Grade, tiene que ver con las minorías étnicas.


Recuerda que, según Unicef, solo el 28% de los niños indígenas entre 3 y 5 años tiene acceso a fuentes mejoradas de agua. En el caso de niños de zonas urbanas este porcentaje aumenta a 67%. Otro estudio del 2007 del economista Martín Valdivia señala que, por ejemplo, solo el 19% de las mujeres quechuas y aimaras accede a métodos anticonceptivos, mientras que las mujeres que hablan castellano accedieron en un 35%. Una de las conclusiones del Banco Mundial resume estas y el resto de diferencias: “El Perú destaca por ser el único país que tiene regiones entre las 50 mejores [Lima Metropolitana] y entre las 50 peores [costa rural, sierra rural y selva rural] del continente.

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