viernes, 9 de abril de 2010

INTERNACIONALES

EDUCACIÓN INFANTIL, UNA MIRADA DE FUTURO
Publicado Flape

En los últimos 25 años ha variado mucho la visión sobre la “educación preescolar”, al considerarla como el proceso de aprendizaje que va desde el nacimiento hasta el ingreso a la escuela, pudiendo darse en ambientes formales o no formales. Los principales cambios tienen que ver con la ampliación del intervalo de edades, la expansión de los programas no formales, la fusión de las escuelas preescolares con el desarrollo infantil y la atención a los niños, y la inclusión de programas de capacitación a padres. Así, en América Latina, encontramos una variedad de formatos: programas preescolares convencionales formales públicos, programas no formales públicos o privados, programas de atención infantil y desarrollo integral que incorporan varios componentes adicionales, programas de capacitación de padres o adultos para mejorar sus habilidades como “primeros profesores” de sus hijos, entre otros.

Las investigaciones realizadas en los últimos años han demostrado que los programas educativos para este nivel acarrean múltiples beneficios individuales, sociales y económicos a lo largo de la vida de los niños y niñas. La fisiología, la nutrición, la salud, la sociología, la psicología y la educación indican que los primeros años son esenciales para la formación de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social.

Los recién nacidos tienen miles de millones de células cerebrales o neuronas, entre las cuales se establecen conexiones, llamadas sinapsis, que se multiplican rápidamente, al entrar en contacto el neonato con la estimulación exterior. Estas sinapsis dan lugar a estructuras funcionales en el cerebro, que van a constituir la base fisiológica de las formaciones psicológicas que permiten configurar las condiciones para el aprendizaje. Esto hace que las condiciones a las cuales el neonato se ve sometido, van a tener un efecto inmediato en la rapidez y sensibilidad del cerebro, y como consecuencia, en las cualidades y funciones psíquicas concomitantes. Si las condiciones son favorables y estimulantes esto tendrá repercusiones inmediatas en el aprendizaje y desarrollo, si son desfavorables o limitadas, actuarán de manera negativa, perjudicando dicho aprendizaje y desarrollo, a veces de forma irreversible. Los estudios enfatizan que el desarrollo de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social en los seres humanos ocurre más rápidamente durante los primeros años. Estos descubrimientos también demuestran que los niños que reciben atención de cariño constante y tienen buena nutrición contraen menos enfermedades y aprenden mejor que los que no reciben estos cuidados. El estrés ocasionado por el abandono psicológico y social afecta el sistema inmunológico, y la falta de interacción física en los primeros meses tiene un efecto negativo sobre la hormona del crecimiento.

Frente a esta realidad hoy se procuran diferentes estrategias como la búsqueda de la equidad mediante la educación preescolar formal universal al menos un año antes de ingresar a la escuela primaria y la intervención en poblaciones no cubiertas mediante programas especiales. Una tendencia, en poblaciones dispersas o inaccesibles, es reunir a los niños en grupos en proporción, realización de visitas domiciliares a los padres, se proporcionan medios de transporte para llevar a los niños a la escuela, el uso de radio y se brinda apoyo a iniciativas locales informales.

En conclusión, es importante resaltar entre las prioridades que se están proponiendo, las siguientes:

1°) Consolidar una nueva cultura de la infancia con educación temprana para todos los niños, enfatizando estrategias de "discriminación positiva" en favor de los niños de familias pobres y en situación de vulnerabilidad;

2°) Propiciar aprendizajes en ambientes que favorezcan el desarrollo afectivo y motriz del niño;

3°) Vincular más a la familia como agente educador y socializador, propiciando la reflexión y comprensión de su papel en el desarrollo de la infancia;

4°) Fortalecimiento del conocimiento científico sobre la infancia, su familia y comunidad a través de la investigación;

5°) Aproximación a las nuevas tecnologías con predominio de los criterios pedagógicos;

6°) Búsqueda del educador de excelencia para la educación infantil.

Los primeros años de la vida del niño, desde el nacimiento hasta los seis/siete años de edad, ponen los cimientos para un crecimiento saludable y armonioso del niño. Según las investigaciones, los déficit intelectuales o físicos se convierten en acumulativos. El cuidado y educación de los niños pequeños mediante una acción integrada adecuada proporciona un medio para remediar el problema evidente de la desigualdad de oportunidades. No hay segunda oportunidad para la infancia.

Todo esto refuerza un enfoque holístico de la educación que ha de incorporar una concepción integral del desarrollo físico, mental, social y emocional. Cualquier programa en esta dirección ha de tener, por tanto, un enfoque multifacético, multisectorial e integral y ha de atender a los niños desde los primeros meses de vida.



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