jueves, 17 de diciembre de 2009

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Universidades en el Perú
Mercedes Cabanillas – El Peruano

Hace bien el gobierno en proponer la suspensión temporal de la creación de nuevas Universidades, Facultades y escuelas Profesionales, así como el ingreso a estudios universitarios a través de la modalidad a distancia. En este mismo sentido, con algunas variantes, propusimos desde abril del 2008 la suspensión de la autorización de funcionamiento de nuevas universidades privadas, bajo el Decreto Legislativo No. 882 "Ley de Promoción de la Inversión en Educación".El propósito, en ambos casos, ha sido el mismo: cuidar que la calidad de la enseñanza universitaria no siga cuesta abajo, como ha venido ocurriendo ante la angustia ciudadana que se ve afectada.
De lo que se trata, como señalamos en nuestro proyecto de Ley, es que dicha suspensión se mantenga hasta que el Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Universitaria (CONEAU) establezca los estándares de calidad que deben alcanzar las instituciones universitarias para obtener su acreditación. Esta acreditación –hay que decirlo– deberá darse como consecuencia de un proceso de evaluación externa, independiente, eminentemente técnica, a cargo de instituciones acreditadoras nacionales o extranjeras y luego de cumplirse los procesos previos de autoevaluación.
La propuesta del Ejecutivo va también en este camino, aún cuando señala que, excepcionalmente, se podrán crear nuevas Facultades o Escuelas Profesionales, previa opinión favorable del CONAFU y del CONEAU. Según lo establecido en la mecánica parlamentaria, este proyecto, como el mío y otros si hubiere, se acumularán dando origen, previo análisis, a un texto sustitutorio, que pasará al Pleno del Congreso para su debate y aprobación. La sensación que existe en el país, y que está a flor de piel, es que pasamos por una severa crisis en la enseñanza superior y que ésta se agravó, en gran medida, debido a que las universidades, sobre todo privadas, fueron consideradas, sin control, como "universidades-empresas".
Todo ello, en virtud del Decreto Legislativo No. 882 "Ley de Promoción de la Inversión en Educación", que considero debe ser revisado o derogado a la luz de los resultados y de las exigencias de la realidad actual. Si en 1995, cuando se crea el CONAFU, en el Perú venían funcionando 58 universidades, actualmente contamos con 98 de estas instituciones, de las cuales 63 son privadas y 35 públicas. De todas ellas, 70 universidades se encuentran institucionalizadas; es decir, con autorización definitiva y 28 cuentan con autorización de funcionamiento provisional y que son evaluadas por CONAFU.
Según cifras oficiales, en este año existen en trámite ante CONAFU, 33 solicitudes de nuevas universidades y que todavía no están en funcionamiento.
Esto quiere decir, que en estos últimos 14 años se han autorizado el funcionamiento de 40 universidades, lo cual indica el crecimiento vertiginoso y, en la mayoría de los casos, desordenado, con fines que no han sido los rigurosamente académicos ni educativos; con honrosas excepciones, hay que decirlo.Fue por esta razón, entre otras, que en el año 2005 impulsé, desde el Congreso, la creación del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE), con la finalidad de garantizar a la sociedad que las instituciones públicas y privadas ofrezcan un servicio de calidad.
En lo que respecta a la educación superior universitaria, se estableció, como órgano operador del SINEACE, el Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior Universitaria (CONEAU), con carácter autónomo, como garantía de independencia para realizar sus actividades.¿Qué hicieron estas instituciones encargadas de velar por la evaluación y la acreditación de las universidades en el país? Será materia de otro artículo.

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